sábado, 24 de agosto de 2013

Capítulo 38: ¡PILLADOS!

Me estoy arreglando para ir al museo esta tarde con Uri, Daniela, Dani y yo. Estoy muy ilusionada, porque tengo muchas ganas de explorar las infinitas maravillas del erotismo.  Hay que añadir para el que no lo sepa, que el erotismo no es lo mismo que el sexo. No os confundáis.
-Oye Anna. Ayúdame con los zapatos. No me los puedo abrochar con la tripota. -se sienta y me mira sonriente.
Yo me afacho y se los empiezo a abrochar. Ella me mira como cuando una niña pequeña mira a su madre mientras esta le ata los cordones de sus deportivas nuevas.
-¿Te vas a recoger el pelo? -me pregunta.
-Pues aún no lo tengo pensado. No lo sé.
-Si quieres yo te lo puedo peinar y te hago una coleta hacia un lado y que te caiga por la parte derecha.
-Pues como quieras. -termino de abrocharle la evilla y me pongo depié.
Ella igual. Fijo la mirada en su vientre.
-¿Puedo...? -echo una mano hacia delante en señal de que quiero acariciarle la barriga.
Ella me sonríe y asiente.
-Claro.
Poso mi mano sobre su vientre que está cubierto por la fina tela de la blusa de estampado floral que se ha puesto para ir al museo.
-Tengo ganas de que nazca... -dice con una sonrisa tan preciosa que no se puede describir. Es esa clase de sonrisas que se dejan ver en las caras de las futuras madres, es esa clase de sonrisas que vienen cargadas de amor e ilusión, es esa clase de sonrisas que nos hacen sonreír a nosotros también.
-Creo que todos deseamos que nazca esta chiquitina. -le digo mientras le acaricio suavemente el vientre.
-Quiero ver su carita, tenerla entre mis brazos, cantarle nanas y decirle cosas bonitas... -sus ojos desprenden un precioso brillo azul. Me atrevo a ddcir que puede escapar una lagrimilla.
-Imagino... -es lo poco que me sale decir. Ahora este es su momento.
-Le hemos mirado la habitación, los muebles son blancos y rosa pálido, sobre la cuna le vamos a colgar florecitas, corazones y estrellitas... mi princesita.
Yo sonrío.
-Quiero que despertarme por las noches por su llantos, quiero cogerla, darle de comer, cambiarla o simplemente estrecharla entre mis brazos y tranquilizarla para que vuelva a tener un profundo, bonito y dulce sueño.
-Qué bonito. -sonrío- Yo también quiero uno.
Daniela me mira y sonríe.
-¿Quieres tener hijos?
-Pues sí, algún día.
-¿Con Dani?
-Es mi novio. Obviamente quiero tener hijos con él.
-¿Pero ahora?
-No, en un futuro. 
Ella sonríe.
-Quiero que tengas hijos, así nosotras podríamos llevarlos juntas al parque y mientras ellos juegan, nosotras cotilleamos. ¿Te imaginas?
-Sería genial.
La verdad es que aún no me veo yo con hijos.
-Vente. Te voy a peinar.
Las dos nos vamos al baño. Daniela me hace sentarme en el taburete frente a la pila y al espejo. Empieza a peinarme.
Pocos minutos antes de las seis, Daniela y yo estamos sentadas en el sofá intercambiándonos pulseras, anillos y pendientes.
-Yo me voy a poner unos pendientes pequeños.
Coge unos pendientes de plata en forma de estrellas.
-Yo quiero los que me regaló Dani, pero no sé cuales coger.
Saco varias cajitas, ahora me doy cuenta de que Dani me ha regalado un montón de piendientes y no me he puesto ninguno. Daniela abre las cajitas y los contempla con admiración.
-Son preciosos.
-Sí. Son muy bonitos.
-Te regala muchas cosas.
-Sí, pero no me gusta que me regale tanto, yo con que me quiera y esté conmigo, me basta.
-¿Y tú le regalas cosas?
-¿Qué se le puede regalar a un hombre que lo tiene todo?
-¿Entonces? ¿Qué haces?
-Pues ser ingeniosa. Muy ingeniosa. -sonrío.
-Ooh ya lo pillo. -se ríe.
-Chica lista. -elijo los pendientes azules- ¿Estos bien?
-Divinos.
Me los pongo.
Tovan al tiembre. Me levanto y abro. Uri y Dani entran.
-Buenas tardes princesas. -dice Uri acercándose a Daniela y rodeándola con los brazos y acariciánle la tripa.
-Hola. -sonríe y lo abraza.
Yo miro a Dani y él me rodea la cintura con los brazos.
-Preciosa... -me besa- ¿Te has puesto así de espectacular para mí? -me da un beso en el cuello.
-Pues la verdad es que me he puesto así por el barrendero de la plaza, pero tú también puedes deleitar tu visión. No está prohibido.
-Aah... bueno saberlo. ¿Estáis listas para salir?
-Sí, vámonos.
Uri rodea con el brazo el hombro de Daniela y Dani me coge de la mano. Todos salimos, y nos dirijimos al museo andando. No está lejos.
-Quiero un helado de avellana. -dice Daniela- Lo siento, pero estoy embarazada.
-¿Quieres un helado preciosa? -Le pregunta Uri mientras le acaricia el pelo.
-Por favor...
-Venga vale.
Dani me mira y me aprieta la mano.
-Yo también quiero uno... ruubiaa... porfi, quiero un helado. ¿Me lo compras? Pofi... -me mira con carita triste.
-No. -le digo de broma para ver como se pone.
Magnifica la cara triste.
-Pooofi anni... -tira de mi bolso.
-No.
-Poofi Anni... Anni Anni Anni Anni Aaaanniiiiiiiiiiiii... Anni.
Me río.
-Vale mi amor. Te lo compro. -le acaricio la mejilla.
-¡Bieeeen! Gracias... -me sonríe dulcemente.
Es que parece un niño pequeño. Es realmente adorable.
-¿De qué quieres el helado?
-De avellana.
Sonrío al ver que tiene la cara iluminada. ¿Se puede saber cómo es capaz de hacer que me muera de adorabilidad en unos momentos y de placentero erótico en otros momentos?
Estamos en el museo. Es realmente precioso. Dani me tiene cogida de la mano, no quiere soltarse de mi mano. Nos acercamos a una fotografía que refleja unas siluetas.  Reflejan el acto en el que el hombre besa la garganta a la mujery ella está con la cabeza echada hacia atrás, con la boca entre abierta. Se muere de placer por ese simple hecho. Yo quiero vivir esos momentos intensos con el hombre que me tiene cogida de la mano. Lo miro y me está mirando.
-Anna, esta visita es muy didáctica e inspiratoria.
Sonrío.
-¿Y qué te inspira?
-Cosas.
-¿Qué cosas?
-Cosas.
-Dilas.
-Cosas. 
-Pues vale.
-¿No quieres saber qué cosas son?
-Si no me las quieres decir.
-Claro que sí mujer.
-Pues dímelas.
-No.
Sonrío.
-Te quiero.
-Y yo.
Miro a Daniela y a Uri, que están riéndose. Uri la tiene cogida de la cintura y le acaricio el vientre. Yo sonrío.
-Que monos son... ¿Verdad? -le pregunto a Dani sonriendo.
Él me sonríe.
-Pues la verdad es que sí. Estos son novios ya. ¿No?
-Que va. Aún no, pero se les nota coladitos el uno por el otro. Los muy catetos no se atreven a dar el paso. ¿Y si planeamos algo para que se junten? -sonrío.
Él me mira con cara de desaprovación.
-Quita quita, deshazte de esa idea de la cabeza, no hagas de celestina, que ya sabemos como acaba el cuento.
-La celestina no es un cuento, es una obra romántica trágica que está ambientada en entre la época mediabal y renacimiento.
-Sea lo que sea, el final no me gusta y no quiero que eso pase.
Miro a Dani, la verdad es que ahora no sé qué leches le tengo que decir. Abro la boca, cierro la boca y asiento con la cabeza.
-Okey, tranquilo. No haré nada.
-¿Sabes Annita bonita?
-¿Mmm?
-Que no me fío de ti.
-Uy lo que me ha dicho...
Creo que estamos manteniendo una conversación no seria. Es decir, que no es relevante. Es decir, que el valor de las palabras solo sirven como los billetes del monopoli, para nada.
La visita al museo, nos ha encantado, ha sido fantástica.
-Estoy decepcionado. -dive Dani- Esperaba ver más culos y tetas.
Le doy una colleja.
-Igualita que mi madre. Enserio, creo que me he vuelto tonto por las collejas que recibí de niño.
-Deberías mirártelo, al igual que tu adicción al sexo. -le comenta Daniela entre carcajadas.
-Eh eh eh, yo no soy adicto al sexo, solo que tengo una novia que tiene un cuerpo y una forma de llevarme a la luna impresionante.
-No sabía yo que Anna fuera un cohete. -le dice Uri.
Todos nos reímos. La verdad es que es divertido pasar el rato con los mejores amigos del mundo y con el novio perfecto, que por cierto, nos estamos ríendo a su costa y no está acostumbrado a dllo. Seguramente, el muy pillo, quiera que esta noche yo le compense los daNos y perjuicios causados en estos momentos, con lo aprendido en el museo. Solo de pensarlo me recorre un escalofrío por todo el cuerpo y se me pone la carne de gallina y creo también que mi cara se ha vuelto color escarlata brillante y una sonrisa se ha escapado. Ahora el cuadro soy yo.
-Enserio, vosotros dos ahora mismito estáis muy graciosillos. Parecéis estar los dos hechos el uno para el otro.
Oh Dios mío Daniel. ¿Y eres tú mi príncipe azul que yo soñé? Disculpad, esa no era la pregunta. Perdonad, perdonad, no se sulfursn. Errores humanos los cometen cualquiera, si no miren a Bárcenas, un señor muy honrado que por equivocación se cobró veintidós millones de euros en cuentas bancarias en Suiza. Todos cometemos errores gente. A ver, volvamos al tema... ¿Enserio eres tú el que me ha advertido de que no sé qué de la celestina ni que ocho cuartos? Ustedes ya me entienden a donde yo quiero llegar a parar.
Uri y Daniela se vuelven tomates como yo hace unos instsntes, pero con ls diferencia de que a mí nadie me ha visto y nosotros a ellos sI. ¡PILLADOS!

BUENO BUENO MIS QUERIDOS LECTORES, TENGO VARIAS COSILLAS QUE COMUNICARLES Y DECIRLES.:
PRIMERA: GRACIAS POR DEDICAR VUESTROS MJNUTITOS DE VUESTRAS VALIOSAS VIDAS, LEER ESTE RELATO QUE ESCRIBO DESDE EL CORAZÓN Y DESDE EL MÓVIL CON GRAN DIFICULTAD. TKDO HAY QUE DECIRLO.
SEGUNDA: ESPERO QUE A LOS QUE HAYAN TENIDO RECUPERACIONES DE ASIGNATURAS SUSPENDIDAS EN EL PASADO CURSO, TENGAN MUCHÍSIMA SUERTE Y MUCHO ÁNIMO POR LO QUE PUEDA PASAR. SUERTE Y POSITIVIDAD POR FAVOR.
TERCERA: QUE POR FAVOR ANNA SONIA (ELLA SABE QUIEN ES) QUE SE PONGA EN CONTACTO CONMIGO, PORQUE HE PERDIDO SU WA Y QUIERO VOLVER A HABLAR CON ELLA, O SEA, CONTIGO HERMANA.
CUARTA: NICOLE, KAROL, OS ECHO DE MENOS Y OS QUIERO.

@YourDanna

jueves, 22 de agosto de 2013

Capítulo 37: Cinco céntimos de propina.

Estoy tumbada en la cama, hoy no me apetece para nada ir a trabajar. Suena el ruidoso y espantoso despertador, me incorporo, lo cojo, le doy al botón de apagar y maldita sea no se apaga. No me queda otra salida que estamparlo contra lapared. El impacto lo destroza y cae en pedazitos sobre el suelo. Me quedo mirando los restos del aparatejo que acabo de estrellar contra una superficie vertical. Creo que me he pasado, el pobre no se merecía ese triste e impactante final... ¡SOY UNA MALA PERSONA! Vale, perdonad, es que hoy estoy algo... que no me encuentro bien. No sé, creo que me va a bajar la regla (hablando en modo culto: menstruación) estos días son muy asquerosos para mí.
-Oye, es el tercer despertador que te cargas en un mes. ¿Qué te pasa? -Me pregunta Daniela al verme entrar en la cocina con los pedazos en las manos.
Bueno vale, puede que no sea la regla... es que no lo sé...
-¿El tercero?
-El tercero. Así yo no te puedo dejar a mi bebé. No quiero que mi pequeña manifieste entre llantos que tiene hambre y que tú la lances por los aires. No quiero eso.
La miro.
-Sabes de sobra que yo no haría tal cosa. Adoro a mi ahijada.
Ella sonríe.
-Lo sé. Pero, enserio. Algo te pasa. ¿Qué te pasa? Estos últimos diez días estás rara. 
-¿Diez días? ¿Tantos?
-Sí. Dime qué te pasa.
La miro.
-No lo sé. Nervios.
-¿Nervios?
-Nervios.
-¿De qué? No hay nada de que preocuparse. De momento todo nos está yendo bien. ¿Por qué estás nerviosa?
-No lo sé.  -Cojo las revanadas de pan y las coloco en el tostador y saco la margarina- tampoco me quiero comer la cabeza por ello, a si que, dejemos este tema.
-Vale. ¿Qué tal está todo con Dani?
-Bien, todo está genial. ¿Y tú con Uri?
Se queda pensando unos segundos antes de contestar. -Eh... -no es capaz de decir nada más.
-¿Qué pasa? ¿Estás bien?
Ahora me toca a mí interrogar.
-Daniela... -insisto.
-A ver, estamos bien, pero es que no estamos juntos, no somos pareja y es lo que yo más deseo en este mundo. -agacha la cabeza y clava la mirada en sus cereales- tú y Dani me dáis envidia. Se os ve tan felices juntos...
No me gusta oír eso.
-Daniela... no digas esas cosas. -me acerco a ella para abrazarla. Me coloco detrás. Le empiezo a masajear la espalda y los hombros- Todos sabemos que a Uri le gustas. Hasta tú misma lo sabes, pero os da miedo dar el paso y saltar al océano del amor...
Ella se ríe y me mira.
-Qué bonito te ha quedado eso.
Sonrío.
-Me gusta eso... me gusta haber saltado con Dani y nadar cogidos de la mano.
-Es complicado nadar agarrado de la mano de alguien. -se ríe.
-Ja ja, muy graciosa. -me río- enserio, me gusta.
Las tostadas saltan.
Me voy a por ellas, las pongo en el plato, cojo el cuchillo de untar, empiezo a untar la margarina.
-De verdad Daniela, no me envidies. Ya verás como en nada, Uri y tú seréis pareja y estaréis más mejor que nunca.
-Eres un amor... -sonríe y yo le devuelvo la sonrisa.
Se me ocurre una idea. 
-Esta tarde, vamos a ir al museo de arte erótico. ¿Te apetece?
Daniela deja en suspensión la cuchara con los cereales y la leche goteando en el bool, está con la boca abierta. Se ha sorprendido. Vaya...
-Oye... que es un museo erótico. Nada más...
Se mete la cuchara en la boca y traga el alimento. Me mira y asiente.
-Entonces se lo digo a Dani y a Uri y que vengan con nosotras. -Sonrío. 
-Guay. -Sonríe y sigue desayunando.
Terminamos de desayunar, me termino de arreglar y me voy a trabajar.
Estoy en el descanso y me pongl a hablar con Dani por WhatsApp, a ver si quedamos para ir a ese museo.
Yo: Dani :) Hola mi vida.
Sale que no se ha conectado desde ayer, vamos desde que terminamos de hablar.  Todos se creen que Dani es un viciado del WhatsApp y Twitter, pero no ez verdad. Solo lo usa para ver videos y hablar por WhatsApp conmigo o con alguien que le salude. Me respinde:
Dani: Hola guapa. Qué tal estás ?
Yo: Pues aquí, trabajando. Oye. Que he pensado en quedar esta tarde los cuatro para ir al museo erótico.
Dani: Qué? Museo erótico?
Yo: Tan raro es? Enserio. Sois unos mentes cerradas.
Dani: Yo no soy una mente cerrada. Me gusta el sexo.
Yo: Una cosa es el sexo y otra es erotismo.
Dani: Ya...
Yo: Ni idea de lo que hablo. Verdad?
Dani: Me gusta el sexo y todo lo que conlleva a ello.
Yo: Por qué en todas nuestras conversaciones acabamos hablando de sexo?
Dani: Porque te mueres por mi.
Yo: Yo creo que es porque estás muy cachondo tú.
Dani: Cierto. Es que me pones tanto nena... mmmmm... ggggff...
Yo: Dios Dani, para por favor.
Dani: JAJAJAJAJ mi niña rubia de pechos grandes y ojos azules...
Yo: DANIIII!!!!!
Dani: DIME MI AMORRR!!!!!
Yo: Se te va la olla.
Dani: Y lo dices como si no lo supieras.
Yo: Claro que lo sé.
Dani: Te quiero rubia.
Yo: Y yo a ti mi vida. A las seis Uri y tú, en el apartamento para ir al museo.
Dani: Usted manda señorita.
Yo: Bueno cielo te dejo que me voy a seguir con mi turno.
Dani: NOOO!!! NO ANNA NO!!! POR FAVOR NO ME DEJES!!! QUE YO TE QUIERO!!! CAMBIARÉ TE LO PROMETO!!! ANNITA BONITAAA!!!!

Dios, este hombre está como una cabra. Sonrío y le mando el último mensaje:

Yo: Hasta luego :)

Me desconecto y dejo el móvil en mi taquilla, la cierro y vuelvo a servir mesas. Que es por lo que me pagan.
Madre mía, cuanta gente tenemos hoy en el restaurante. Hoy he conocido al majete de Mario Vaquerizo y a otro que iba con él que no me sé su nombre, he visto a Karol, la ex-compañera de piso de Dani, que hoy iba con su hermana pequeña Nicole, unas chicas muy simpáticas y muy generosas a la hora de dar propina. El día es movidito, pero la gente es muy maja, las propinas son muy buenas y creo que me voy a comprar un precioso bolso azul que vi en un escaparate de una tienda. Bueno, podría comprarme algo para ponerme en la intimidad con Dani. Sonrío al pensarlo. Ay qué ilusión me hace.
-Disculpe señorita. ¿Me pone lo que sea en vaso largo? -esa voz me suena. SonrIo antes de darme la vuelta, me giro y le veo ahí apoyado en la barra, observándome- Ddcida usted lo que me quiere servir.
-Agua. -le sonrío.
Él me sonríe y se cruza de brazos, clava su mirada sobre mí.
-¿Qué tal un beso?
Agacho la cabeza sonrojada. Levanto la cabeza y le miro.
-Estoy trabajando.
-Una pena... pues ponme un algo.
-Un algo...
-Sí.
-Pues te pondré un zumo de naranja.
-Natural y recién exprimido preciosa.
Le sonrío y él me devuelve la sonrisa. Voy a buscar varias naranjas y las exprimo, le echo el zumo en un vaso y se lo llevo.
-Aquí tienes. 
Él lo coge, se lo empieza a beber. Me mira.
-Estás preciosa.
Sonrío.
-Lo que estoy es trabajando.
Él sonríe.
-Estás muy buena con el uniforme del trabajo. Te hace unas tetas...
-Dani por favor... estoy trabajando... -Madre mía que me muero de vergüenza como siga así.
-Guapa que eres.
-Sí muy guapa, pero tengo que seguir trabajando.
Me alejo de él y sigo recogiendo platos y recipientes vacíos y sucios e ir dando cuentas.
Noto que sus ojos verdes, me persiguen allá donde quiera que yo vaya. Me siento observada.
-Disculpe señorita. ¿La cuenta?
Su voz me atraviesa el alma. Sonrío otra vez para mis adentros, pongo cara de profesional, me doy la vuelta y voy a la caja registradora, para sacarle la cuenta.
-Aquí tiene, uno con cuarentaicinco el zumo.
Se mete la mano en el bolsillo del pantalón y pone sobre el.platito de la cuenta una moneda de un euro y una de cincuenta céntimos. Yo lo cojo y antes de que pueda moverme me dice:
-Quédese con el cambio. -Sonríe y me mira travieso- cinco céntimos dan para una gominola... o una piruleta de fresa en forma de corazón. -Susurra.
Oh Dios la idesa que se me acaba de ocurrir. ¡Oh Dios la idea que se me acaba de ocurrir! No, en verdad te la ha dado él. Bueno pues eso. ¡IDEACA!

ESPERO QUE ESTAS VACACIONES 2013 LES HAYA IDO PEERRRRFECTO. A LOS QUE NO LES HAYA IDO ASÍ, ES PORQUE PIERDEN TIEMPO AUTOCOMPADECIÉNDOSE (EXPERIENCIA DE PRIMERA MANO) PUES NADA ESO, QUE ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO EL CAPÍTYLO TAL Y TAL SEÑOR PASCUAL.

PD: SI LO VEN POCO TRABAJADO, ES QUE TENGO MIL MOVIDAS EN MI VIDA. SE LES QUIERE.

@YourDanna

domingo, 4 de agosto de 2013

Capítulo 36: Sonrisas que ocultan cosas.

-Oye, me encanta que queráis que yo sea el padrino de no sé que npmbre le tenéis pensado llamar, pero, no creo que sea necesario que vayamos todos a ver que le metan la mano en la vagina a Daniela.
Uri, Daniela, Dani y yo, entramos por la puerta principal del hospital, subimos en el ascensor y nos miramos. Hoy toca saber el sexo del bebé de Daniela, yo quiero que sea niña, será mi ahijada mimada,  y Dani, será el padrino, entonces, será nuestra ahijada mimada. Me encanta.
-No le van a tocar la vagina a nadie Dani, vamos a ver una ecografía. Verwmos al bebé por un monitor. -Le digo cogiéndole de la mano.
Llevamos ya, cuatro meses saliendo, y están siendo los mejores de mi vida. Dani, es todo un amor conmigo, le encanta pasar el mayor tiempo posible conmigo, y dado a nuestros trabajos, pues es más complicado, pero, cuando nos vemos lo disfrutamos cada segundo como si fuera el último.
-Ah... bien, he quedado como un completo idiota. ¿No?
Daniela, Uri y yo, estamos mirando las puertas del ascensor. Queremos no reírnos, no queremos humillar a Dani. Creo que nos está mirando.
-Anna...
-Dime.  -Lo miro.
-Me gusta tu culito...
Todos nos reímos.
-¿Qué? -Pregunta.
-Eres adorable mi amor.
-Tú más princesa. -Me acaricia la cara.
-Ey vosotros dos, a un hotel. -Nos dice Uri.
Dani y yo nos miramos y luego miramos a Uri.
-Tú lo que tienes una envidia. -Le dice Dani.
-No, envidia no, yo de momento estoy muy bien.
El ascensor para y las puertas se abren. Los cuatro salimos hacia la sala de espera, hay muchas mujeres con tripas de todos los tamaños. Yo me siento al lado de una joven que si tiene los dieciséis, es de milagro. Ella nos mira a mí y a Dani. Él tiene la mirada puesta en su Iphone, estará en alguna red social de las suyas. La chiquilla, no para de mirarnos disimuladamente y eso me pone nerviosa. A lo mejor es fan de Dani. Yo la miro directamente, ella se sonrojo y deja de mirarnos. Nunca falla. Mi móvil vibra en el bolsillo, es un WhatsApp seguro. Lo saco, lo miro, es Dani. Bien.
Dani: Hola.
Yo: Hola.
Dani: Qué haces?
Yo: Esperar... Y tú?
Dani: Aburrirme.
Yo: No estás emocionado?
Dani: Por qué iba a estarlo?
Yo: Vas a ver la eco de tu ahijado o ahijada.
Dani: Ya.
Yo: Nunca has visto una?
Dani: No. Y tú?
Yo: Tampoco.
Dani: Te has puesto celosa.
Yo: COmo?
Dani: La chica de tu izquierda, te has puesto celosa.
Yo: Yo no me he puesto de ninguna manera. Cómo crees eso?
Dani: La has asustado cuando la has mirado.
Yo: Me molesta que la gente me mire de reojo. No me gusta.
Dani: Ya, a mí tampoco.
Yo: No me he puesto celosa.
Dani: Me gusta que te pongas celosa.
Yo: Y dale...
Dani: Enserio, me pone.
Yo: DIOS DANI!!!!
DANI: Qué pasa?
Yo: Estamos en una sala de espera llena de futuras madres. Y tú piensas en sexo?
Dani: Todo lo de aquí está relacionado con el sexo. Los bebés que van a nacer, son el resultado. Esas futuras mamás, han tenido una noche loca sobre la cama, encimera, mesa, coche, parque o baños de un lujoso restaurante.
Yo: Rssulta asqueroso que pienses esas cosas.
Dani: No sabes lo que pienso.
Yo: Me lo acabas de contar.
Dani: No, no te he contado lo que pienso, te he contado la realidad.
Yo: Y qué es lo que piensas?
Dani: En que quiero hacerte disfrutar momentos de pasión y desenfreno sobre la cama, encimera, mesa, coche, parque y baños de lujosos restaurantes.
No puedo evitar sonrojarme. Madre mía.
Yo: Vale, dejemos esta conversación.
Dani: Adoras la idea de ser toda mía en cualquier lugar del mundo. Te encanta.
Yo:: Cambiemos de tema.
Dani: Quedarnos encerrados en un ascensor y regalarte placer hasta que me supliques que pare...
Yo: Te suplico que pares ya.
Dani: Pero, ese suplicio, solo son palabras, en verdad, deseas más.
Yo: Ts prometo que ese no es el caso.
Dani: Entonces por qué no cierras dl WhatsApp y guardas el móvil?
Ahí me ha pillado. Pongo los ojos en blanco y cuando le miro, me está mirando con una sonrisa traviesa y pervertida. Yo niego con la cabeza. Con este hombre, no se puede.
-Guapa. -Me susurra.
Yo no sé hacer nada más que sonrreir.
Él se pone a escribir en el móvil. Me llega un WhatsApp, miedo me da ver lo que me ha puesto. Lo miro.
Dani: Estás preciosa cuando sonríes :)
Yo: Eres malo conmigo.
Dani: Te gusta.
Yo: El qué?
Dani: Mi forma de ser.
Yo: La verdad es que sí. Me gustas. Y yo a ti? Te gusto?
Dani: No, no me gustas. Joder, no hay instante en que no deje de pensar en ti.
Sonrío, dejo el móvil y le cojo de la mano. Se la acaricio suavemente, la acerco a mis labios y la beso con ternura. Él la libera de mi mano y me acaricia la mejilla. Yo cierro los ojos, sigue acariciándome muy despacio, tan despacio que no lo soporto.
-Para mi amor.  Para. -Le suplico susurrando.
-Es que me gusta tu mejilla. Es que tienes la piel muy suave.
Recorro con la mirada la sala de espera, cada una está en sus cosas. Menos mal.
-Anda para.
Aparta la mano, me coge la mía y me la aprieta, va pasando el rato y los dos jugamos con los dedos de la mano, nos vamos dedicando miradas y sonrisas que ocultan cosas. Él hace que cada lugar y cada momento, sea especial. Adoro a mi novio, es adorable. 
La enfermera sale.
-Daniela Blume...
Los cuatro nos levantamos, la enfermera nos mira sorprendida.
-¿Venís juntos?
-Es que son los padrinos y él es el padre. -Dice Daniela señalándonos.
Ella asiente y sonríe.
-Pasad.
Entramos todos en la consulta. Uri ayuda a Daniela a ponerse cómoda en la camilla. Dani y yo nos quedamos de pié para esperar a que entre el doctor y haga lo que tenga que hacer. El doctor entra.
-Bien. ¿Preparados para saber el sexo del bebé?
-Sí. -Dice Daniela sonriendo- Tengo ganas de saberlo.
-¿Tenéis pensado algún nombre?
-No. -Responde Daniela.
-Yo quiero llamarle Gustavo si es niño , y si es niña, pues Gustava. -Dice Uri.
-Debería ser denunciable poner ese nombre a los niños.
-Pues es peor llamar a la niña Angustias... es horrible.
Todos coíncidimos en ello.
Pasa un rato.
-Mirad, ahí está el bebé. ¿Lo véis? -Nos pregunta el doctor.
Yo lo veo, es muy pequeñito... ay que lo veo, que me emociono. Sonrío como una estúpida. Miro a Dani, quiero ver su reacción al ver una ecografía. La está mirando impasible. No se ha emocionado, lo contrario a Uri, que se ha derretido al verlo, normal, es su bebé. Viene a mi mente la idea que he estado evitando durante todo este tiempo: ¿Dani querrá ser padre? Lo vuelvo a mirar, desde luego, si está emocionado por ver a su ahijado o ahijada antes de nacer, lo sabe disimular muy bien. 
-Bien, a ver si adivinan lo que es. -Nos reta el doctor- Primero la mamá.
Daniela sonríe. Tiene esa sonrisa que les sale a las futuras madres en una ecografía, al ver lo que está creciendo dentro de su vientre.
-Es una niña. Estoy segura.
-Bien. ¿Y tú papá?
-Es un niño. Es niño.
-Cierto, es un niño. Mirad su salchicha... -Dice DNi señalando el monitor.
Yo lo miro y me empiezo a reír. Él me mira.
-Qué.
-Dani, ese es el cordón...
Él abre la boca, pero, no dice nada, la cierra, la vuelve a abrir.
-Mierda.
Todos nos estamos riendo desgraciadamente a su costa.
-Eres un amor mi vida. Te quiero.
-¿Soy tonto?
-No eres entendido.
-Eso me consuela mucho más. -Dice poniendo cara triste y agachando la cabeza.
Yo sonrío.
-Pero, qué tonto te pones aveces mi amor. -Le acaricio la barbilla y subo la mano por su mejilla.
Uri carraspea.
-A un hotel o en casa, me da igual, pero, aquí no.
Yo me sonrojo.
-Cállate. -Le dice Dani.
-Bueno doctor. ¿Es niño o niña? -Pregunta Daniela para cambiar de tema.
-Es...
-Seguro que es niña. -Digo yo, me ha faltado opinar a mí, me da igual haber quedado como una maleducada. ¿Vale?
-Sí, una niña.
Me entran unas ganas de saltar de alegría, pero, prefiero contenerme.
-Una niña... -Dice Daniela sonriendo.
Uri está emocionado. Oh Dios, se le van a saltar las lágrimas. Qué bonito. ¿Dani reaccionaría de ese modo?
-Leila... quiero que se llame Leila. -Dice Uri mirando a Daniela, buscando su aprobación.
-Leila, es un nombre muy bonito...
-¿Entonces?
-Se llamará Leila.