lunes, 24 de marzo de 2014

Capítulo 51: Mensajes del desconocido.

Una patada en mi interior me arranca de mi profundo y perfecto sueño. Adiós a la casita con fachada blanca y su piscina. Pero como el que me ha dado la patada es mi hijo o hija, pues le perdono de inmediato. 
Me incorporo de la cama, veo a Dani que sigue en el quinto sueño. Me acaricio la tripa, estoy de seis meses y medio ya, madre mía... seis meses y medio... ¡Dos meses y medio para que salga de cuentas y seré madre! La idea de entusiasma y a la vez me aterra de una manera titánica. 
Dani se mueve y posa su mano sobre mi tripa. 
-Mmm... ¿Quieres zumo?
Me echo a reír. A este hombre se le va mucho la pinza cuando se despierta, a saber con qué estaba soñando. 
Le miro y le acaricio la mano que tiene sobre mi tripa. 
-Si me lo haces me lo tomaré. 
Él me empieza a acariciar la tripa con delicadeza. 
-Bueno, pero porque eres tú, ¿eh? Que si no ni agua te daba. 
Me río otra vez. La forma con la que se expresa y el tono que emplea para soltar esas palabras en el aire es de risa. A causa del embarazo mi movilidad es bastante limitada y no me puedo agachar para besarlo apasionadamente. Parece que él me ha leído el pensamiento porque se incorpora a mi lado, me coge de la cara y me besa como yo quería besarle hace apenas tres segundos. 
-Preciosa. 
Se separa de mí, coge el móvil de la mesita y mira la hora-. Son las siete y media de la mañana. Pues sí que hemos madrugado hoy, ¿no?
-Ha sido nuestro bebé. -Le digo en modo de disculpa, pero en verdad no siento que esto merezca disculpa alguna y sé que Dani lo sabe. 
-Si ahora que no ha nacido nos hace madrugar, cuando nazca ya ni te cuento... -Dice Dani con fingido pánico. 
Me río. 
-Bueno, pues voy a prepararte el zumo. 
-Espera que voy contigo. 
Nos levantamos. Voy detrás de él hacia la cocina. 


Leila duerme plácidamente sobre los brazos de su padre. Dani los contempla pensativo. 
Uri levanta la vista. 
-Esta noche no he conseguido que durmiera diez minutos de un tirón. Ha sido interminable. 
-Entonces debes estar agotado. 
-Sí. 
-¿Quieres descansar un rato? Nosotros podemos cuidar de ella. 
Ofrece Dani esa tentadora proposición. A Uri se le ilumina la cara. Pues sí que tiene sueño. Pobre. 
-¿Estáis seguros? 
-Claro hombre. -Dani se levanta, se acerca a Uri y con sumo cuidado coge a la pequeña bella durmiente en brazos. 
-De verdad, lo siento mucho chicos. -Se disculpa Uri. 
-¿Qué sientes? -Pregunto diciendo entre lineas *No digas tonterías*. 
-Que me sabe mal que... 
-Vete a dormir. -Interrumpe Dani mientras mece a Leila entre sus brazos. 
Uri se va a la habitación. Cuando nos quedamos solos le miro durante unos instantes sin que él se dé cuenta. Está embobado contemplando a la criatura. Me estremezco de ternura al imaginar cómo será con su propio hijo o hija. 
-Siempre que la miro pienso en Daniela. -Digo con tristeza en la voz.
Es cierto, siempre que la miro me pregunto dónde estará ella. 
-Yo también. -Me dice con el mismo tono de voz. 
-¿Habrá conocido a otro? -Pregunto. 
La idea de me ha venido de repente y me aterra que así sea. Uri lo está pasando fatal y cada día que pasa la echa más de menos. No sería justo para él. 
-No lo sé Anna. -Acaricia el cabello a la pequeña que solloza débilmente-. Se va a despertar, ¿puedes traer el biberón? Te la daría y lo iría a buscar yo, pero empezría a llorar demasiado fuerte y Uri no podría dormir. 
Razonable idea. Asiento con la cabeza, me levanto y voy a la cocina. Le doy el biberón ya caliente y preparado. Miro como Dani la mantiene calmada, le ha metido el dedo meñique en la boca. 
-Es para que no llore. -Me dice sacándole con cuidado el dedo de la boca y dándole el biberón. 
Sonrío impresionada. Pues sí que le hace ilusión la idea de ser padre. ¡Y ESO ME ENCANTA! ¡ME ENAMORA! ¡TENGO UN TESORO DE NOVIO! Bueno, de prometido. ¡DE PROMETIDO! ¡MI PROMETIDO! 
-¿Qué pasa? -Me pregunta extrayéndome de mi celebración interior. 
Sonrío otra vez como una tonta. Si algo sé hacer a la perfección, es sonreír como una tremenda idiota ante la fascinación que me produce el hombre más fascinante (para mi gusto) del mundo (para mi gusto otra vez). 
-Te veo con un bebé en brazos y me enterneces el alma. No quiero ni imaginar cuando nazca el nuestro. -Mis manos acarician automáticamente mi vientre. 
Curiosamente ahora está tranquilo, no da patadas. 
Dani sonríe. 
-Realmente estoy muy ilusionado con ser padre Anna, y más si ese bebé crece en tu barriga. 
Si es que con él es imposible no sonreír como una colegiala ante su ídolo adolescente. 
-Te quiero. -Le digo. 
-Yo también te quiero Anna. Y lo sabes amor. 
Se acerca a mí con la niña en brazos, con cuidado agacha la cabeza y me da un beso en la mejilla. 
-Eres lo mejor que me ha regalado la vida preciosa. -Me susurra al oído-. 
-Yo también te quiero Dani. 


Salgo de la ducha. Hoy vamos a cenar con los padres de Dani, han venido de León para vernos y para acompañar a Dani a una entrega de premios que hacen mañana. No sé si Dani va a recibir  algo, pero creo que eso a él es lo que menos le importa, aunque está emocionado e ilusionado por algo, que no llego a saber muy bien cuál es el motivo. 
Dani entra a la habitación. Me mira sonriendo. 
-Vales una fortuna Anna, no tardas siete horas en ducharte como todas las mujeres.  
Le miro fingiendo estar ofendida, me saco la toalla y se la tiro en la cabeza. Se ríe, se la quita y me contempla con los ojos brillantes. Se muerde el labio. 
-Estás realmente preciosa rubia... 
No puedo evitar sonrojarme hasta parecer un tomate. 
-Y me gusta ver como te sonrojas, me gusta el efecto que causo sobre ti. 
Madre mía, pero, ¿por qué? Simplemente, ¿por qué? Le miro y me mira juguetón. 
-Bueno rubia, me voy a la ducha. Vístete que ya llegamos tarde y te vas a resfriar y no queremos eso. -Se acerca a mí y me da un fugaz beso en los labios. 
Se mete en el baño, yo me empiezo a vestir, oigo que el móvil empieza a sonar. Lo cojo, pero no es el mío. 
-Dani, tu móvil. -Le digo considerablemente en voz alta, pero con el chorro de agua seguramente no lo oye. 
Me tomó la libertad de cogerlo y miro quien es el que realiza la llamada. No conozco el número, antes de que pueda darle a contestar, cuelga. Dejo el móvil en la mesita, y cuando me voy a ir, le llegan varios mensajes. 
No soy de ese tipo de novias desconfiadas que le miran el móvil a sus parejas, tampoco tengo las contraseñas de sus perfiles de redes sociales, ni otros estilos de tener a tu pareja controlada, pero esta vez siento una gran punzada de curiosidad en el cuerpo. Dani está duchándose, ahora podría mirar sus llamadas y sus mensajes. Eso no es lo que de verdad te interesa, no eres así. Hago caso omiso a Ann. Cojo el móvil, abro los mensajes y veo un montón enviados y recibidos de ese número desconocido que al parecer para Dani no es tan desconocido. Abro los últimos que no estaban abiertos. 

*Hola, ¿cómo estas?* 
*Te he llamado y no me lo has cogido* 
*Espero que estés bien*

Dejo de oír el agua de la ducha, a si que dejo el móvil en la mesita y sigo a lo mío. Dani sale del baño con la toalla envuelta por debajo de la cintura. Me mira. 
-¿Estás bien? 
No sé qué decirle, ¿debería contarle lo que acabo de ver? ¿Tendría qué disculparme por haberle cogido el móvil sin su permiso? ¿Tal vez pedirle explicaciones? ¿Y si todo está en mi cabeza y la lío? Son tantas preguntas... Opto por el momento guardar silencio. 
-He tenido un pequeño mareo. 
-Pero, ¿estás bien mi amor? -Se acerca a mí y me coge de los hombros por si acaso me da por desplomarme. 
Vale, lo que estoy haciendo está mal, pero es lo primero que se me ha ocurrido. ¿Y quién dice qué a lo mejor él tampoco está haciendo las cosas bien? ¿Qué está pasando? Hay muchos mensajes entre Dani y esa persona. Se conocen, es obvio que se conocen, pero Dani no la ha guardado como contacto, ¿por qué? Al final va a resultar que me estoy mareando de verdad con tantas incógnitas sin resolver. 



SIENTO HABER TARDADO TANTO EN SUBIR UN NUEVO CAPÍTULO, PERO ESTAS ÚLTIMAS SEMANAS HE PERDIDO A DOS FAMILIARES MUY SEGUIDAMENTE Y BUENO, HEMOS TENIDO COSAS QUE HACER. APROVECHO ESTE BLOG PARA DECIRLES A MIS DOS TÍAS FALLECIDAS QUE SIEMPRE LAS TENDRÉ EN EL CORAZÓN Y QUE NUNCA LAS VOY A OLVIDAR. GRACIAS POR TODO. POR CIERTO, HE PERDIDO TODOS LOS NÚMEROS Y APENAS TENGO A MIS ANTIGUOS CONTACTOS, A SI QUE SI ALGUIEN ME QUIERE HABLAR, PUES ME LO DICEN EN TWITTER O YO QUE SÉ. UN BESO GRANDE GRANDE. 

@_TinaGarcia