Hoy el champán es el centro de la mesa.
-Venga venga, vamos a brindar. -Dice Nacho llenando las copas.
-Nacho a mí no me eches.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Es que no puedo.
-Pero si es un poquito solo, venga un culín.
-Que no Nacho. -Aparto la copa.
-Pero, ¿No te alegras por Dani?
-Que pregunta más tonta, pues claro que me alegro, pero es que estando embarazada no es aconsejable beber alcohol, ¿sabes?
¡Ala! ¡Ya lo he soltado! ¡Odio que la gente insista!
Nacho, Fernando y Uri me miran sorprendidos.
-¿Estás embarazada Anna? -Pregunta Uri atónito-. ¿De Dani...?
-No, del Espíritu Santo...
-Pues doble motivo para brindar, ¿no gente? -Suelta Nacho.
Y dale con la manía de beber por todo. Mala costumbre es esa, pero bueno...
Todos cogen sus copas. Yo me echo un poco de agua, ahora es lo único que me apetece.
-Por la pronta recuperación de Dani, que cada día vaya evolucionando a mejor y vuelva a estar con nosotros alrededor de una mesa. Y también por Anna, que tenga un buen embarazo y me dé un sobrino o sobrina que no sea del Real Madrid.
Tina le da una colleja. Él se frota la nunca.
-Salud.
-Salud. -Repetimos todos chocando nuestras copas y bebiendo el contenido.
Pues ya está. Todos saben que estoy embarazada y de la peor manera, obviamente yo no quería que se enteraran así, pero como alguien dijo en algún momento en el que algo no le salió bien y decidió ver el vaso medio lleno, pues soltó para si mismo: si sucede así, por algo será... está bien, lo reconozco, no sé si esa frase existe como dicho, pero razón no le falta, ¿a qué no? Pues ya está.
Dani está despierto, sí, está despierto. No puede hablar aún por la traqueostomía, mueve apenas los dedos de la mano y mueve la cabeza lo suficiente como para distinguir un gesto de afirmación o negación, mueve los ojos como quiere y poco más, pero para mí por el momento es suficiente. Lo importante es que ha despertado de un coma profundo.
-Creemos que Dani puede volver a recuperarse casi del todo. Mucho debemos trabajar para que se pueda recuperar al cien por cien, pero podemos ganar bastante con los ejercicios de rehabilitación que le iremos proponiendo. -Dice el doctor.
Tina y yo estamos reunidas con el doctor en su despacho. Los chicos se han quedado fuera esperando.
-¿Cree que podrá volver a caminar? -Pregunta Tina con el corazón en un puño.
Sí, habéis leído bien y seguramente habréis llegado a la conclusión de que por alguna razón Dani no puede caminar. Pues no, no puede caminar, y por no poder, no puede moverse. Al parecer le han ido moviendo las extremidades y ha mostrado indicios de que no las puede mover. No me preguntéis a mí, yo de estos temas no sé, no soy doctora ni he estudiado medicina, pero nada es tan sencillo como coger el móvil y buscar en Google. Bien es verdad que yo podría hacerlo, pero tengo demasiado en que pensar.
-Todavía es muy pronto para poder darles una respuesta, pero como les he dicho, la rehabilitación le ayudará a llevar una vida de lo más normal.
-¿Y de la cabeza? ¿Cómo está?
No sé qué es peor: las preguntas o las respuestas. Da igual, esté como esté yo estaré ahí para cuidarle y darle todo el amor que se merece.
-Aún es pronto para determinarlo, eso se irá viendo con el paso del tiempo... entiendan que... un traumatismo en la cabeza como él sufrió, fue muy fuerte y podemos esperar cualquier cosa. Le iremos haciendo pruebas para poder ver qué es lo que necesita.
-Bueno, necesite lo que necesite nosotras estaremos ahí para ayudarle. -Digo yo cogiendo de la mano a Tina.
Ella me la aprieta.
-Pues claro que sí, pronto se va a recuperar, muy pronto, que lo sé yo. Mi hijo no se rinde tan fácilmente. Mi hijo volverá a dar la guerra que daba siempre... -Dice con la voz temblorosa apunto de llorar.
Esta vez siento que debo ser yo quién dé el abrazo primero. La atraigo delicadamente hacia mí y la abrazo.
-Todo va a salir bien, ya lo verás.
Le doy un beso en la cabeza.
-Eres un cielo Anna, gracias.
Sonrío.
-Si tenéis alguna pregunta o consulta que hacerme, no dudéis en llamarme. -Interrumpe el doctor.
-De acuerdo doctor, muchas gracias por todo.
-De nada... -Se nos queda mirando unos instantes-. En teoría ahora no tengo nada que hacer si no ocurre alguna urgencia claro, el caso es que no necesito el despacho por el momento, ¿os dejo unos minutos a solas?
-Si no le importa... -Le respondo ya que Tina es incapaz de hablar.
-Bien, tomaos el tiempo que necesitéis.
-Gracias.
El doctor sale y cierra tras de si.
El hecho de ver a Tina abrazada a mí buscando consuelo me mata por dentro. Siempre tan fuerte, firme, vencedora, luchadora... no puedo verla así de esa manera... es algo que me desarma por completo.
Ella se incorpora poco a poco y me mira.
-Perdóname. -Me dice enjugándose las lágrimas.
Yo le tiendo un pañuela.
-No tienes porqué disculparte por nada Tina, de verdad. Tú me apoyas a mí, me ayudas y me cuidas, pues yo estoy aprendiendo de la mejor y lo aplico.
Las dos reímos.
-Estoy segura de que llega a ser con otra y no corre la misma suerte que contigo.
-Bueno, eso nunca se sabe.
-Se sabe, claro que se sabe. Mi hijo no estaba en lo más alto, pero sí tenía lo suyo en un lugar privilegiado, y eso cualquier tipa lo busca para acomodarse y no esforzarse en conseguir lo que quieren, hay muchas así.
-Sí, en este mundo hay de todo por desgracia...
-Me siento orgullosa de mi hijo por haberte atrapado.
Me sonrojo y sonrío.
-Siempre me tendrá atrapada créeme.
-No sabes cuánto me alegra oírte decir eso.
Sonreímos.
-Vamos fuera que estos se estarán preguntando qué nos habrá pasado.
Yo asiento y la sigo, salimos fuera a reunirnos con los chicos.
Esta vez al entrar en la habitación siento el ambiente como más vivo, no sabría explicarlo, pero creo que ustedes ya me entienden.
Dani está maravilloso ahí con la cama incorporado.
-Hola mi amor. -Me acerco y le acaricio la mano delicadamente para no asustarle.
Los médicos nos han advertido de que hay muchas posibilidades de que no nos recuerde, que sufra amnesia y se asuste o reaccione de mala manera al vernos. Eso me preocupa y me aterra, pero creo que la emoción de saber que está de vuelta puede con todo, esa ilusión, esa fe, puede con todo lo negativo.
Él me coge de la mano y me la acaricia. Una sonrisa radiante se cuela por mi rostro y lo ilumina como un sol de Junio.
-Es mi mano, ¿te gusta mi mano?
Él sigue acariciándola con las yemas de los dedos. Mueve la cabeza y me mira. Sus ojos están entrecerrados, a lo mejor está cansado. El caso es que asiente con la cabeza. ¡Le gusta mi mano! ¡Me ha entendido! ¡Eso quiere decir que tan mal no debe de estar! ¡Eso es bueno! ¡Es buenísimo!
-A mí también me gustan tus manos, ¿sabes? Son muy suaves y bonitas. Me gusta lo suave y lo bonito.
Él sigue mirándome atento. Me está escuchando. Le interesa lo que le digo. Llamadme cursi, pija o lo que os salga del cimbrel, pero para mí este momento está siendo ¡MÁGICO! Registrado queda.
Él empieza a explorar con su indice y pulgar todos los dedos de mi mano. Me parece lo más tierno y dulce que he visto en mi vida.
-Este dedo que estás tocando ahora es el meñique, es el más pequeño de todos. Es mi meñique, lo siento no te lo puedo dar. Además tú tienes uno, deja a los demás los suyos. -Me río.
Él asiente y pasa al otro.
-Este es el anular, y no tengo ni la más remota idea de porqué tienen estos nombres, a si que poco más te puedo decir yo de este dedo.
Deja el anular y me coge el siguiente.
-Este es dedo corazón, de ese me hago una ligera idea de el porqué se llama así, y es porque es el que está en la mitad y metafóricamente el corazón es el centro de todo, pero metafóricamente hablando claro. ¿Sabes dónde tenemos nosotros el corazón?
Niega con la cabeza lentamente. Tienes que estar muy atento para darte cuenta de sus movimientos con la cabeza.
-Pues nosotros, las personas tenemos el corazón aquí.
Con muchísimo cuidado y extremadamente lentitud acerco su mano con mi mano hasta su pecho.
-Mira... ahora si te das cuenta notarás como tu corazón late. Boom boom. Boom boom. Boom Boom... ¿Lo notas?
Él coloca bien su mano sobre su pecho, cierra los ojos y se queda esperando a encontrar los latidos de su corazón. Yo no puedo apartar mi brillante mirada de él. Es lo más bello que ha caído en este mundo. Abre sus ojos al encontrar sus latidos, juraría que se le ha iluminado la cara al notarlo.
-Que chulo, ¿no?
¡Dios, es precioso!
Él me mira y asiente. Levanta su mano y me coge la mía, la coloca sobre su pecho y luego posa la suya acorralándola entre ambos.
¡Es lo más dulce que ha creado el universo!
-Lo noto mi amor, lo noto.
Sus ojos se clavan en los míos. Yo sonrío.
-Qué bonitos son tus ojos cielo...
Él juega con mi mano. Creo que me está diciendo que a él también le gustan los míos.
Me acerco despacio a él y bajo su atenta mirada le dejo un beso en la mejilla. Me separo despacio y le miro. Él me suelta la mano y con dificultad se la pone en la mejilla y se la acaricia.
-Eso es un beso, te he dado un beso mi amor. ¿Te gustan los besos?
Él asiente mientras se acaricia con las yemas de los dedos la mejilla.
-A mí también me gustan los besos. -Le acaricio la muñeca.
Él me vuelve a coger de la mano y me la aprieta.
Sonrío.
Me levanta la mano lentamente, la aproxima hasta su boca y hace ademán de besarme la mano.
¡Dios! ¡Es adorable!
-Me encanta... besas muy bien, ¿eh mi amor? Me encantan tus besos.
Vuelve a hacerlo.
¡ES LO MÁS BONITO DEL MUNDO!
Lo peor de todo es cuando entra una enfermera para dar el aviso de que la hora de visitas se ha terminado y que por favor me despidiera de él.
-Claro, un minuto por favor.
-Bien. -Cierra y se va no muy lejos para vigilar y cronometrar el minuto que he pedido.
¡Me cae mal esa enfermera!
Miro a Dani, le acaricio la mano.
-Ya has oído a la enfermera, tengo que irme...
Me aprieta la mano. Por favor eso no, por favor....
-Pero volveré mañana, te lo prometo.
Él sigue apretándome la mano.
-Dani por favor... créeme que voy a volver mañana.
Tengo que hacer un esfuerzo titánico para no echarme a llorar, pero él no me hace caso y sigue apretándome la mano.
-Dani... tengo que irme.
Niega con la cabeza y clava sus ojos en los míos, su mirada me suplica que no me vaya, que me quede con él más tiempo.
-Dani... -Le desvío la mirada.
Él me aprieta aún más fuerte la mano a modo de protesta para que no le desvíe la mirada.
´-Tengo que irme cielo, tienes que soltarme...
Dios, esto es demasiado duro para poder soportarlo con entereza.
Él me acerca la mano a la boca y me da uno de sus besos. ¡No es justo!
La enfermera entra en la habitación.
-Por favor señorita...
La miro con ferocidad, pero eso no la impide ejercer su trabajo.
-Tiene que despedirse.
-Es lo que estoy haciendo.
-Yo lo siento mucho de verdad, pero las normas son las normas.
-Comprendo. -Intento soltarme de la mano de Dani, pero no me deja.
La enfermera lo ve, se acerca a él y le coge de la mano.
-Lo siento mucho guapo, pero tu amiga se tiene que ir, ahora te vamos a lavar y a dar la cena, ya verás qué rica.
Le coge de la mano más fuerte que él a mí y nos la separa. Dani intenta soltarla y coger la mía, pero le es imposible.
Es de lo peor que he visto en mi vida.
-Daniel venga ya, mañana la volverás a ver, venga tranquilízate. -Dice la enfermera.
Hija de puta como te odio. Ahí coincido yo con Ann.
-Hasta mañana mie amor... -Le acaricio fugazmente la cara y me separo de él.
Su mirada me persigue mientras yo salgo de allí. Creo que hoy no voy a poder dormir recordando esa mirada de "Te necesito". No voy a poder olvidarme de esa mirada. Es imposible.
ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO EL CAPÍTULO DE HOY. GRACIAS A TODOS POR TODO LO QUE ESTÁIS HACIENDO POR MÍ, ES DECIR, ME ESTÁIS DANDO APOYO SIMPLEMENTE CON LEER LO QUE ESCRIBO. GRAAAACIAAAAS. UN ABRAZO CIELOS.
@_TinaGarcia os quiere.