domingo, 11 de mayo de 2014

Capítulo 52: Montaña rusa.

Estoy sentada en el asiento del copiloto observando como Dani cruza por delante del coche con aire despreocupado. Jugueteo con los dedos pensando en cómo puedo hacer para ocultar mi mal estar durante la cena con Tina y Fernando a la que vamos a asistir en el hotel donde se alojan. 
Dani sube al coche. Saca el móvil del bolsillo de sus tejanos y lo conecta al coche. 
-Elige lo que quieras oír. -Dice abrochándose el cinturón de seguridad. 
A mí se me seca la boca, cojo el móvil como si fuera una frágil bomba que si se me cae revienta el planeta. Lo desbloqueo y veo que no hay notificaciones en mensajes de texto, pero el Twitter y WhatsApp lo tiene a rebosar, aunque ahora es lo que menos me importa. Me meto en lista de reproducciones, escojo Total Eclipse Of The Heart. Dani me mira de reojo y niega con la cabeza divertido. 
-¿Total Eclipse Of The Heart? 
-Total eclipse Of The Heart. 
-Bien. 
No ha abierto los mensajes, aún no los ha abierto, pero es cuestión de pocas horas de que lo haga y que explote la burbuja. ¿Quién será la persona del número? ¿Por qué lo hará? ¿Por qué no me lo cuenta? ¿Y si me estoy montando yo sola una película que no tiene nada que ver con la realidad? Pero, ¿y si no es así? ¿Y si es más real que el ahora? Sólo de pensarlo me recorre un escalofrío que me hiela la sangre. 
-La tía parece afónica, debieron grabar la canción tres días más tarde, hasta que a la muchacha se le pasara el catarro. 
Comenta Dani para enfrascarnos en una entretenida conversación. 
Parpadeo un par de veces para entrar en el ambiente cálido que ahora mismo Dani me ofrece. Le miro y le dedico una sonrisa que tapa temporalmente todas mis dudas y malos pensamientos. 
-Aveces me pregunto qué ideas te rondan el cerebro para que llegues a la conclusión a la que has llegado. 
Se encoge de hombros. 
-Es verdad. 
Me río. 
-Pero la canción es bonita. 
-Bueno, las hay mejores. 
-A ver, ¿cuales? 
Rebusca en su top ten mental de lista de reproducciones. 
-Bailar pegados. -Hace una pausa-. Me encantaría bailar esa canción contigo... -Se le ilumina la cara al confesar su deseo. 
Sonrío como una colegiala al recibir un excelente de su profesor de plástica que le tiene robado el corazón. 
-Me muero por conocerte. 
Dice así sin más. 
-¿Cómo? No entiendo... -Digo sin saber de qué habla. 
-Otra canción. 
Ah ya, cierto. 
-Ya, esa es muy bonita. -Digo bastante distraída. 
-Anna, ¿estás bien? 
-¿Eh? 
-¿Qué pasa? Te noto distraída. 
Posa su mano sobre mi muslo y me lo acaricia. 
-Cuéntame... 
No, ahora no es buen momento para empezar lo que de seguro va a ser una enorme discusión. Ahora no. 
-Nada, es el cansancio. 
-¿Cómo? ¿No te encuentras bien? Anna, si es necesario cancelamos la cena y volvemos a casa. Mis padres lo entenderán. 
-Tranquilo Dani, que estoy bien, son gajes del oficio. -Digo para suavizar el asunto. 
-Anna... 
-Dani ya. -Digo tajante para que deje el tema. 
-Sólo me preocupo por ti. 
-Soy consciente de ello Dani, pero es irracional tu preocupación. Estoy bien, ¿vale? Estoy bien. 
Él asiente rendido. 
Estas cosas me dan que pensar, parece realmente preocupado por mí, pero una cosa no quita la otra, me digo a mí misma. Miro por la ventanilla y observo como los coches avanzan cada uno hacia su destino. 
-Nothing Else Matters. -Dice. 
Sonrío. 
-Missing. -Suelto. 
Él me mira de reojo y niega con la cabeza ¿cómo? ¿Disgustado? No lo sé. 
-Love The Way You Like. 
Me río. 
-¿Enserio? -No me lo esperaba. 
-¿Qué pasa? -Pregunta con solemnidad. 
Dejo de reír por si acaso le he ofendido. 
-Ay, es que es una canción un poco... bastante masoquista. 
-Yo por ti lo sería. 
¿Perdón? 
-¿Cómo? 
Él me mira. 
-Por ti haría lo que fuera Anna. 
Habla con toda sinceridad. Se me encoge el corazón. ¿Será verdad? ¿Hablará enserio? 
-Lo haría sin dudarlo... -Dice más para si mismo que para mí. 
Cierro los ojos intentando digerir todo esto. Si tanto me quiere y haría cualquier cosa por mí, ¿por qué me oculta cosas? No lo entiendo. 
-Yo también lo haría Dani... haría todo lo imposible por ti. 
Intento hacer todo lo posible para que no se me escape ni una sola lágrima. Por favor, ahora no. 
-Nos queremos mucho, ¿eh? 
Yo asiento. Sé que si abro la boca no podré evitar echarme a llorar, y como he dicho hace un momento, ahora no. 
-Pienso en todo lo que hemos vivido juntos... -Hace una breve pausa ¿conteniendo la emoción?- Lo hemos pasado mal, pero aquí estamos, atravesando duros caminos, rompiendo barreras, y todo para luego morir... pero si muero quiero que sea a tu lado, contigo cogiéndome de la mano. 
-Oye, que estoy embarazada, nos vamos de cena con tus padres y estamos en carretera. Creo que este tema no casa ahora con la situación. No me gusta. 
-Vale, lo siento. -Me dice ocultando una sonrisa divertida. 
¿Se está divirtiendo? ¿Se está riendo de mí? Una parte muy grande de mi cabeza y otra igual de mi corazón me sugieren que sí, que se está riendo de mí, pero no exactamente en este preciso momento. Ahora estoy como en una montaña rusa, de repente estoy bien con él, pero cuando me viene a la mente el puñetero número bajo a toda velocidad y estoy mal, y el estar embarazada no ayuda nada. 


En el vestíbulo del hotel esperamos sentados a Tina y a Fernando que deben estar al caer. Estoy bastante tensa porque Dani está enfrascado con el móvil. Le observo con cautela por si en su rostro aparece algún gesto de sorpresa, indignación, disgusto... no sé... Se podría liar una muy buena si viera que le he mirado el móvil. No somos de esas parejas que se dan las contraseñas de su correo ni sus redes sociales y miramos sus cosas... se supone que confiamos ciegamente uno en el otro viceversa. 
Levanta la vista hacia mí y se queda mirándome como si tuviera monos en la cara. Bloquea el móvil y se lo guarda en el bolsillo. 
-¿Admiras lo guapo que soy? -Me dedica una arrogante pero sexy sonrisa. 
Niego con la cabeza divertida. 
-No te lo tengas tan creído Martínez, pues acabo de ver a un botones bastante agradable de observar. 
Chúpate esa. 
Se acerca, pone la mano sobre mi muslo y la sube lentamente hacia zona prohibida. 
-¡Dani! ¡¿Qué haces?! 
Le intento apartar la mano con la mía, pero con la otra me la coge y me impide moverme. 
-Ey, quieta. 
Noto como la temperatura sube a trescientos mil grados en mi interior y mi cara se tiñe de escarlata. 
-Dani por favor... -Suplico. 
-Mírame...  
-Ni hablar. 
Su mano se desliza hasta el interior de mis muslos por debajo de la falda. 
-Anna.. -Dice a modo de advertencia. 
¡Y CUANDO HABLA CON ESE TONO DE CHICO SESYMENTE MALVADO ME DERRITO Y ÉL LO SABE!
-Por favor... 
Con mi mano libre le cojo la que tiene posada sobre mi muslo, se la cojo confiada de poder apartarla de ahí, pero me la aprisiona entre mi pierna y su mano. 
-Chica lista, pero no tanto como yo. Ahora tienes dos opciones; una es que nos quedemos así tal cual estamos en este momento cosa que sé que no te agrada mucho porque es bastante incómodo para ambos, y la segunda es que me dejes hacer contigo lo que no dejarías hacer a ese botones agradable de observar y disfrutar de esta excitante experiancia que recordarás toda tu vida y sonreirás como una idiota al hacerlo pille en el lugar donde te pille. ¿Qué decides mi dulce belleza rubia? 
Noto como me arden las mejillas.
-Contéstame. 
Contéstame tú a esto, ¿cómo haces para convertirte en el ser más excitante del universo? 
-Anna... 
-Puedes... puedes soltarme las manos... -Digo en apenas un susurro. 
Noto como las lágrimas inundan mis ojos. Advierto, no es de tristeza esta vez, es de... excitación. 
-Buena elección. -Dice liberándome las manos. 
-Apóyalas en el sofá. -Ordena con frialdad. 
¿Por qué me hace esto? 
-Dani, hay gente. 
-Su mano derecha sigue circulando entre los interiores de mis muslos, y con la izquierda me acaricia el vientre. 
-Dani, la gen-te... -Digo conteniendo la respiración. 
¿Alguno he experimentado el llorar de risa? Porque yo no. ¿Y han experimentado el llorar de placer y excitación? Porque yo lo estoy haciendo en estos mismos instantes. ¡Dios! 
-La gente tiene mejores cosas que hacer que mirarnos a nosotros dos. Al botones agradable de observar, por ejemplo. 
Dice deslizando las yemas de los dedos tortuosamente despacio a zona prohibida, pero se detiene en el límite. Eso me frustra muchísimo. Joder.
-Vaya, vaya, vaya, pero si la señorita recatada quiere más... -Dice con arrogancia y pasándose la lengua por el labio inferior. 
El timbre del WhasApp suena en su bolsillo. Aparta las manos de mi cuerpo, se sienta bien y mira el móvil. 
-Es mi hermano, que ya vienen. 
Se levanta del sillón, me tiende la mano. Me levanto y me la coge. Me arrima a su cuerpo. 
-Sé que te ha gustado, sé que esas cosas te gustan, sé que yo te gusto, sé que todo lo que te haga yo, te gusta... -Me da un beso en el pelo-. Vamos. 
Tina y Fernando salen del ascensor. Dani me aprieta la mano con complicidad. 
-¿Preparada?
Me río. 
-Lo dices como si fuera a saltar en paracaídas. 
-Estar con mis padres es peor que saltar en paracaídas. 
-Eso tú no lo sabes, nunca has saltado en paracaídas. 
-Como si tú lo hubieras hecho... 
-Pues claro que lo he hecho, hace 3 años, listillo. 
Me mira sorprendido. 
-¿De verdad? 
-Pues claro, soy más valiente que tú. -Me río. 
Él clava sus ojos verdes en los míos y veo que toda calidez desaparece y su mirada se vuelve capaz de helar el sol. 
-Luego te quejas de que te haga cosas que en el fondo te pierden...
Trago saliva sin saber bien qué decir ni qué hacer. 
-Que guapos estáis los dos. 
Agradezco que Tina haya interrumpido el ambiente que se respira entre Dani y yo. 
-Cielo, pero qué guapa estás. -Me dice Tina acercándose a mí y plantándome dos tiernos besos en las mejillas. 
Sonrío encantada por el trato que me da esta amable mujer. 
-Muchas gracias. -Digo sonriendo-. ¿Cómo estás? 
-Cada día más vieja. -Responde Dani en su lugar. 
Ella lo mira y le da una colleja que resuena en todo el vestíbulo. 
No puedo evitar reírme. 
-¿Es qué no puedes decir nada amable a tu propia madre? 
Él se toca donde ella le había dado. 
-Como si hubiera dicho alguna mentira... 
Ella le da otra colleja. 
-¡Ay! Duele... -Dice lloriqueando. 
-Y a mí que me digas esas cosas, con lo que hemos dado por ti y así lo agradeces. -Dice ella con bien fingida seriedad. 
-Mira que tripita tiene Anna, ahí está tu nieto o nieta. 
Dice para distraerla. Es su truco infalible. 
Ella vuelve la mirada hacia mí, se le ilumina la mirada. 
-¿Puedo...? 
Asiento. Sé que se refiera a tocarla. 
Posa su mano delicadamente sobre mi vientre y me lo acaricia con cariño. 
-Madre mía, cada vez queda menos. 
-Vas a ser abuela. 
Dani como siempre rompiendo el encanto del momento. Yo tengo que hacer esfuerzos titánicos para contener la risa. No quiero que nadie de los presentes se sienta ofendido. 
-Pues claro que voy a ser abuela, y voy a mimar demasiado a mi nieto. ¿O es nieta? ¿Es niño o niña? -Nos mira interrogativa. 
-Pues es que no lo sabemos. 
Responde Dani. 
-¿Cómo? Pero si a estas alturas ya lo deberíais saber. 
-Es que en verdad no lo queremos saber. 
-Pero si tenéis muchas cosas que preparar y para eso tenéis que saber el sexo del bebé. 
-Eso no es necesario. 
-Pero... 
-Ya está bien mujer, si ellos no quieren saberlo, están en todo su derecho, son los padres, cada uno es dueño de sus propias decisiones. No les agobies. -Dice Fernando acariciándole el hombro cariñosamente. 
-Bueno, lo siento. 
-Tranquila, no es nada. -Digo para quitarle hierro al asunto. 
Fernando me mira con cariño y me sonríe. 
-¿Cómo te encuentras Anna? -Pregunta. 
-Muy bien, gracias. -Respondo acercándome y dándole un beso en la mejilla que lo pilla por sorpresa. 
-Ya te veo ya, estás estupenda. 
Sonrío. 
-Bueno vale ya. Es mi chica, ¿vale? Devolvédmela. 
Dani me rodea la cintura con el brazo y me atrae con cuidado hacia si mismo. 
¿Desde cuándo me he convertido en una posesión? 
-Ey, estáis aquí. 
Oigo la voz de Nacho detrás de nosotros. No sabía que venía, y si lo sabía, pues no me acordaba. 
Nos damos la vuelta. Nacho me coge del hombro y me besa en la mejilla. 
-Hola preciosa, ¿cómo estás?
-Bien, ¿y tú? 
-Pues muy bien. 
-Ey Dani. 
-Nachete. 
Ambos chocan la mano. 
No sé porqué, pero muevo la cabeza y me doy cuenta de que Nacho no viene solo.
-Bueno familia, pues os presento a Meri, mi novia. 
¡Oh por favor, qué bonito! 
Dani se acerca a ella, se dan dos besos en la mejilla. Creo que ellos se conocen de antes, porque Dani le susurra algo al oído y ella sonríe. 
Yo me quedo mirándola mientras se presenta a Tina y Fernando, miro a Nacho y veo que no está viviendo el mejor momento de su vida. 
Le toco el brazo y se lo froto con cariño. 
-Enhorabuena. -Le susurro y le sonrío con complicidad. 
Él asiente y sonríe. 
-Gracias. -Susurra. 
Miro a Meri que me tiende la mano, se la estrecho y sonrío con dulzura. Al instante esta chica me cae bien. 
-Soy Anna, encantada. 
-Hola Anna, enhorabuena. -Me sonríe mirándome la tripa. 
Sonrío orgullosa. 
-Muchas gracias. 
Ella me devuelve la sonrisa. 
-Bueno, yo tengo hambre. 
Dice Nacho con la intención de distraer, supongo. 
-Venga, que ya es hora. 
Dani me rodea el hombro con el brazo. 
Entramos a un reservado que hay en el restaurante. Es un pequeño comedor en el que hay una gran mesa redonda bien organizada dispuesta para seis personas y en las paredes hay dispuestos unos aparentemente cómodos sofás.
Dani me coge del brazo y me dispone la silla como un caballero para que me siente. Le sonrío y me siento. Noto que dentro de mí hay una futura persona que ensaya para ser futbolista. Hago una mueca de dolor, me hace daño. 
-¿Estás bien? -Me pregunta Tina. 
Asiento. 
-Da patadas... 
Ella sonríe. 
-Puedes tocar si quieres, a ver si lo notas. 
Ella vuelve a poner la mano sobre mi vientre. El bebé da otra patada. 
-Dios mío... -Dice conmovida. 
Sus ojos brillan de la emoción. 
Dani nos mira. 
-¿Qué pasa? -Pregunta con frialdad. 
-Nada, que está dando patadas. Mira hijo, toca. -Dice Tina ilusionada. 
Dani me acaricia la barriga. 
-Te duele... -Dice serio. 
-Tranquilo. Sabes que es normal. 
Digo para que no se preocupe. Además que no es ninguna mentira, es lo normal, ya nos lo dijo el doctor en varias ocasiones. 
-¿No es lo más bonito qué has sentido en tu vida? -Pregunta Tina. 
-Sí, es muy bonito. 
El tono de Dani se ha vuelto bastante serio. Lo miro, y veo que me mira preocupado. 
-Estoy bien. -Le digo para que no se preocupe por ello. 
-Vale, pero en cuanto te sientas un poco mal lo dices y nos vamos a casa. 
-De acuerdo. 


Nos despedimos de todos en la puerta del hotel. La velada ha sido bastante agradable. 
-Adiós. -Le doy un beso a cada uno. 
Dani me abre la puerta del coche. Subo con mucho cuidado por el dolor. Me acomodo en el asiento. 
-Adiós Anna, nos vemos mañana. 
Dice Nacho despidiéndose con la mano y sonriéndome. 
-Hasta mañana.
Le mando un beso en el aire. 
-Un placer conocerte. -Me dice Meri risueña. 
Esta chica me ha caído muy bien, seremos buenas amigas seguro. 
-Bueno chicos, hasta mañana. -Sube al coche y cierra la puerta demasiadamente fuerte para mi gusto. 
Dani pone el móvil a cargar y arranca. 
Dani me acaricia la cara para que me despierte. 
-Ya hemos llegado Anna, venga vamos y te acuestas en condiciones. 
Abro los ojos, Dios que agotamiento. 
-Venga que te ayudo a salir. 
Me desabrocha el cinturón y me ayuda a salir. 
-¿Estás bien? -Me pregunta mientras me rodea el hombro con el brazo. 
-Sí, pero tengo ganas de dormir la verdad. 
-Ya, es que llevamos unos días bastante ajetreados, y los que nos queda. Si quieres mañana te puedes quedar en casa descansando. No estás en plan de ir de aquí para alla en tu estado. 
-Sólo necesito descansar unas ocho horas, mañana estaré como nueva, además que de ninguna de las maneras me perdería la entrega de premios de mañana.
Oigo que sonríe. 
-Gracias. 
-No hay de qué amor. 
-Bien, vamos. 
Subimos al apartamento. Dani está demasiado callado, más de lo avitual diría yo, pero siempre lo hace cuando ve que yo no estoy al cien por cien, además que él es humano y debe estar agotado. Casi todas las tareas de la casa las hace él, más su trabajo y compromisos... el pobre no para. 
Entramos en casa. Me quito la chaqueta y la dejo sobre la silla al entrar en el salón. Dani dobla la suya y la deja al lado. 
-Bueno, me voy a dar una ducha. -Digo dirigiéndome hacia el dormitorio. 
-Me has mirado el móvil. 


SIENTO HABER TARDADO TANTO, PERO LAS COSAS DE LA VIDA, YA SABEN. MUCHAS GRACIAS A TODOS POR SEGUIR ESTE RELATO FANFICTICIO, SON USTEDES MUY PACIENTES Y REALMENTE GRANDES POR GASTAR VUESTRO TIEMPO EN LEER ESTO. OS PROMETO QUE NO OS DEFRAUDARÉ. UN ABRAZO Y UN BESO BIEN GRANDE !!!! 

@_TinaGarcia 

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