domingo, 6 de julio de 2014

Capítulo 55: Millones de millones de millones de gracias.

No puedo creer lo que acabo de presenciar. No, no es posible, seguro que se trata de una broma. Pues qué mal gusto tiene el bromista oye, con estas cosas no se juegan. No. ¿Y si no es una broma? Claro que no, claro que no es una broma. Esto es verdad, está pasando de verdad, ahora mismo. 
No soy capaz de gesticular ni articular palabra. No puedo moverme siquiera, me he quedado completamente inmóvil. 
¿Papá? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? No. Esto no está pasando. No está pasando. No está pasando. No está pasando. Sí está pasando... sí está pasando... sí... está... pasando... 


El pequeño abraza una de las piernas de Dani, su padre. Es el único ajeno a todo lo que está sucediendo. No es consciente de lo que acaba de hacer. No es consciente de que acaba de desvelar el secreto de su padre. No sabe que su madre está aterrada por la idea de que todo el mundo se entere quién es el padre de su hijo. No sabe que acaba de romper la poca confianza que quedaba de Anna hacia Dani.
-Te ha llamado papá... -Dice Anna con la incredulidad arropándole el alma. 
Dani acaricia la cabeza del pequeño. Asiente lentamente con la cabeza. Siente que un puño de acero estruja su corazón. No tenía pensado contárselo de esa manera, bueno, ni siquiera se lo ha podido contar. ¿Y ahora qué? ¿Qué va a pasar? ¿Qué hará ella? ¿Se irá? Sabe que se va a ir. Tal vez no haya sido buena idea ir allí y querer contarle la verdad. No. Claro que ha sido buena idea, bueno, lo correcto. Ella tenía que saberlo. Tendría que habérselo dicho desde un principio. Idiota. Idiota. Idiota... Repite ese mantra en  m su cabeza mientras los segundos se hacen eternos. 
-Tienes un hijo... un niño... un hijo... un niño... un... 
-Sí. -La interrumpe. 
Dani mira a Helena que está junto a ellos sin saber muy bien qué pinta allí. 
-Nosotros mejor nos vamos. -Dice para escaparse de esa situación tan incómoda-. Jorge cariño, venga vamos a merendar. 
Le tiende la mano para que él se vaya con ella, pero no, niega con la cabeza y se abraza fuerte a la cintura de su padre. 
-Yo quiero jugar un ratito con papá. -Lloriquea. 
Helena mira a todas partes nerviosa. Sabe que la rubia va a explotar en cualquier momento y no quiere que su hijo lo presencie. 
-Jorge venga. Luego jugaremos con él. 
-¡QUÉ NO! -Patalea sin soltarse de su padre. 
Él se agacha a su altura y le acaricia la mejilla. 
-Ey campeón. Hazle caso a tu madre, ve con ella. Venga. 
Él niega con la cabeza. Dani intenta improvisar algo para convencer al pequeño cabezota de que vaya con su madre. 
-Pues si no te vas, no podré darte una sorpresa que te he traído. 
-¡¿Una sorpresa?! -Le ilusión queda reflejada un su inocente rostro. 
Dani sonríe al ver la reacción del niño. 
-Sí, una sorpresa, se me ha olvidado en el coche, así que tengo que ir a por ella, pero antes te tienes que ir con tu madre. 
Jorge duda unos segundos, pero al final accede. Le coge  la mano a su madre y empiezan a caminar. Ella va más rápido de lo habitual, quiere salir de allí cuanto antes. Jorge mira hacia atrás y dice a voces: 
-No tardes, ¿vale papá? 
Él le dedica una sonrisa. Hasta que no los pierde de vista, Dani no mira a Anna. Ahora tiene que enfrentarse a ella, a su error, las consecuencias de sus actos. Lentamente gira la cabeza. No es capaz de mirarla a los ojos. No puede. La sensación de los segundos eternos vuelve a invadirles. ¿Quién habla primero ahora? Ella está ahí, aún procesando todo lo que acaba de presenciar. Y éll sin saber qué hacer ni decir. 
Una bofetada es la primera en romper en silencio. Se la ha dado tan fuerte que hasta le duele la mano. Instintivamente Dani se pone la mano en la mejilla que ha recibido el golpe. Ha dolido, ha dolido mucho, unas lágrimas anegan sus ojos, pero no por el dolor físico, sino porque se acaba de dar cuenta de que la ha perdido para siempre. 
-Anna yo... 
-¡CÁLLATE! -Dice poseída por el dolor y la rabia de haber sido engañada como una tonta-. Ni se te ocurra hablar, -dice en voz baja- no quiero escucharte ni aunque me lo pidas de rodillas. Esto ha sido... ha sido... ¿Me lo pensabas contar alguna vez? No, ¿no? ¿Para qué? ¿Cómo he podido confiar en ti? ¿Cómo has podido hacerme esto? ¿Por qué Dani? ¿No confiabas en mí? Es que intento ponerme en tu situación, intento justificarte de alguna manera y no encuentro nada a tu favor. 
Ella empieza a temblar por las emociones que se mezclan por dentro. 
-No quiero saber nada más de ti.
Da media vuelta y empieza a caminar alejándose de aquel hombre de el que aún sigue perdidamente enamorada. 
-Anna por favor... no te vayas... -Dice deshaciéndose en lágrimas y cayendo de rodillas sobre el suelo del parque-. Te quiero joder... te quiero. 


Tres días más tarde... 


Leila por fin se ha quedado dormida. La miro. 
-Está creciendo muy rápido. -Digo acariciándole la tripa-. ¿Sabes algo de Daniela? 
Uri que está al volante, asiente con la cabeza. 
-Hablo de vez en cuando con sus primas. Le envío fotos de Leila casi a diario. Quiero que sepa como es su niña.
-Iré a buscarla. Hablaré con ella. Tiene que ver a su hija, la tiene que coger en brazos... No se puede perder algo así, se arrepentirá en un futuro. 
-Deja que las cosas sigan su curso Anna. No quiero que ella se sienta forzada a nada. Si hace algo, que lo haga porque realmente quiere. -Dice serio. 
Pues también tiene razón. 
Me apoyo en el respaldo del asiento trasero del coche. 
Llegamos a la estación. Vamos  bastante justos de tiempo. El tren debe estar apunto de salir. Cargo con la maleta y una tripa bien gorda. Vamos todo lo rápido que podemos. Hay mucha gente que va y viene de un lado a otro. Cada uno lleva consigo su propia historia. Cada uno lleva consigo sus recuerdos, los buenos y malos momentos vividos con esa persona que les ha hecho temblar con simplemente estar en su pensamiento, un roce, una sonrisa, una palabra, un beso... Cada uno lleva consigo la alegría y el dolor dentro de su corazón. Cada uno lleva consigo la ilusión de un futuro mejor, un futuro sin dolor, un futuro con amor. Cada persona es un mundo dicen, pero todos coincidimos en lo que queremos: que alguien nos esté esperando con los brazos abiertos en la otra estación. 
Es hora de separarnos. Una empleada de RENFE, coge la maleta para ayudarme a subirla al tren. 
-Perdone, ¿puede esperarme un segundo? 
Pregunto amablemente a aquella joven de ojos grises. 
-Claro. -Sonríe.
Le correspondo con otra sonrisa. Miro a Uri a Leila. No sé cuando les voy a volver a ver. Los ojos se me llenan de lágrimas por enésima vez en tres horas. 
-Pequeñita... -Le acaricio la cara a Leila. 
Ella levanta una de sus manitas y me toca la muñeca. 
Me acerco y le doy un beso en la frente. 
-Cuida de tu papá, ¿vale? Se buena y no le hagas enfadar, ¿eh? Angelito mío... -Digo acariciándole la cara de tal modo que sonríe. 
Sonrío y miro a Uri.  Él me mira con los ojos llorosos. 
-Ojalá todo hubiera sido diferente... -Digo con la voz quebrada-. Prometo que volveré pronto.
Él se acerca a mí y me besa en la mejilla con cariño. 
-Todo va a salir bien, ya lo verás. -Me susurra. 
-Ave, con destino Barcelona Sants, vía 1, va a efectuar su salida. 
Esa voz repite lo mismo en catalán e inglés. Ahora sí que sí, es hora de separarnos de verdad.  
Ambos nos miramos y nos despedimos con un gesto. 
Antes de subir al tren, vuelvo la vista hacia Uri y Leila. Ella empieza a llorar desconsoladamente. Él la mece para calmarla mientras levanta el brazo que tiene libre y se despide de mí. 
-Adiós. -Susurro y subo al tren. 
Me acomodo en mi asiento., doy gracias a que el otro está vació. Dura muy poco esa pequeña alegría, pues un chico ocupa el otro asiento. 
-Hola. -Me mira y sonríe. 
Lo miro seria y le saludo. 
-Nico. 
-¿Cómo? 
-Mi nombre, es Nico. ¿Y el tuyo? 
-¿Intentas ligar conmigo? -Digo riéndome asqueada. 
Él niega con la cabeza y se ríe. 
-Por la tripita que me traes, dudo que tengas un pene con el que jugar. 
Me río como no lo había hecho durante estos días que a mí me han parecido siglos. 
-Anna. -Le tiendo la mano. 
Él me la estrecha. 
-Encantado. 
Dice sacando una botella de agua y un bocadillo de la mochcila. 
-¿Y a dónde vas Anna? Para viajar en tu estado hay que tener ganas. 
-Pues voy a casa de mis padres. Creo que tengo miedo de criar a mi primer hijo sola. 
-Ah pues te deseo toda la suerte del mundo. Seguro que vas a ser una mamá fuera de seria. 
-¿Y tú? ¿A dónde vas? 
Creo que al pensarlo se le ilumina la cara. 
-Voy a ver a mi futuro marido. -Dice ilusionado. 
Sonrío. 
-¡¿Te casas?!
-¡Sí, en una semana! 
Nos reímos por esa alegría repentina que sentimos. 
-Mira... -Saca el móvil y me enseña la foto de un chico bastante atractivo-, se llama Diego. 
-Creo que muchas chicas lamentarán que sea gay. 
Ambos nos reímos. 
-¿Quieres qué te cuente cuándo lo conocí y cómo lo conocí? Fue todo muy película romántica. 
Sonrío. 
-Vale. 
-Pues mira, era mi primer día en la peluquería y yo estaba muerto de nervios. Imagínate, no conoces a nadie, y nadie te conoce a ti, claro, yo tenía que dar lo mejor de mí... 



El Ave se va alejando de la ciudad donde empezó toda esta historia. Aunque nadie lo sepa, aún no ha llegado el final, pues muchas cosas les quedan por vivir a cada uno de nuestros protagonistas. ¿Qué les tiene escrito el destino a cada uno de ellos? 


Muchitas, muchísimas, muchísisisisisisismas, muchas gracias a todos los que habéis estado leyendo esta historia desde un principio y habéis seguido ahí viviendo cada capítulo como lo he vivido yo. infinitas gracias a todos los que os habéis ido enganchando y me habéis dado la oportunidad de leer las ideas que juegan en mi cabeza. Cuando empezamos esto, no creímos que fuera a llegar hasta donde ha llegado. Realmente no esperaba tanto. Pues que sepáis que vosotros lo habéis hecho posible y actos como el dar click a un enlace y empezar a explorar lo que hay dentro y seguirlo, pues os convierte en grandes. 
Dios mío, es que quiero dar os las gracias, pero es que no sé cómo hacerlo. De verdad, muchas gracias. Millones de millones de millones de gracias. ¡GRACIAS! 

@Tinnadelunna 

No hay comentarios:

Publicar un comentario