Los minutos pasan y todo sigue igual, ella siguen sin aparecer, sin dar señales de vida. El tik tak del reloj, es la lenta penetración de la preocupación de todos los que la buscan y la esperan.
Dani baja del coche en un parque, va a entrar dentro para ver si se había metido por allí. Empieza a hacer frío, las nubes van cubriendo el cielo de la noche y amenazan con dejar caer una buena lluvia, empieza a soplar el viento y se empiezan a escuchar las primeras lejanas tormentas, que no tardarán mucho en llegar a la ciudad.
-¡ANNA!
Empieza a buscarla entre caminos y bancos, árboles y fuentes secas, el parque, estaba vacío.
-¡ANNA!
Sus gritos, cada vez son menos potentes, cada vez reflejan un tono más triste, desesperado.
-¡ANNA!
La lluvia amenaza con empapar la cuidad, las lágrimas amenazan con empapar el alma de un hombre preocupado y desesperado, por encontrar a la mujer, que lo dejó enamorado.
-¡ANNA!
Y como ya no es de sorprender, nadie responde a ese nombre.
No se sabe el tiempo que ha pasado, la de vueltas que ha dado a pie por el parque buscándola y no ha habido suerte. No la ha encontrado. Vuelve al coche, sube y se quita las gotas de agua que le han caído del chispeo que empezaba a apretar, no va a tardar en empezar a caer una buena. Arranca y va a nadie sabe donde a buscarla. Cada minuto que pasa, la desesperanza, se va apoderando de él. No. No va a dejar de buscarla, tiene que encontrarla, tarde lo que tarde, tiene que encontrarla.
-Por favor Anna. ¿Donde estás?
Daniela, está sentada en el sofá, mira el móvil atenta, no ha recibido ni una sola llamada ni mensaje, con novedades de Anna. Los párpados, se le van cerrando, el cansancio, cada vez se va apoderando más de ella.
-Vete a dormir Daniela, nosotros nos quedaremos aquí esperando noticias. -Dice el padre de Anna.
Ella abre los ojos de golpe, lo mira, está agotada.
-No hace falta, estoy bien.
-Anda, ve a la cama, intenta descansar, te avisaremos con cualquier cosa, anda ve a dormir.
-Estoy bien, se lo aseguro.
-Hazle caso, vete a dormir, aquí te dormirás y lo único que conseguirás es que te duela el cuello. Vete a la cama. -Le aconseja la madre de Anna.
-Bueno... -Se levanta- Está bien, por favor, por lo mínimo, avísenme.
-Descuida, lo haremos.
Se va a su cuarto, directamente se tumba en la cama,. Está tan cansada, que no es capaz ni de destapar el edredón. Apaga la lamparilla y escucha el sonido del silencio, que es interrumpido por la lluvia que ya empieza a saludar. Se pone de lado, cierra los ojos, la tormenta azota el alrededor. Pensar donde puede estar su amiga, sola ahí fuera, con el frío que debe de estar haciendo... y lo que es peor: pensar en cómo se debe estar sintiendo por la charla con sus padres...
Abre los ojos, se levanta de la cama y se asoma a la ventana, observa la lluvia caer sobre la hierva del jardín, sus ojos se empañan y gotas de lágrimas resbalan libremente por sus mejillas enrojecidas. Se toca el viente con las dos manos, dentro crece una vida, dentro está creciendo su hijo y el hijo del hombre de el que ha estado enamorada, desde que lo conoció.
-Por favor Anna, te necesito... -Susurra- Vuelve...
Camina hacia atrás hasta chocar con el colchón y se deja caer sobre el y se queda tumbada boca arriba con als manos en el vientre y la cabeza a un lado.
-Daniela... Daniela, ey...
Uri está en el dormitorio de Daniela. Ella duerme tal cual ha caído sobre la cama. Él la coge cuidadosamente en brazos, destapa la cama, la tumba y la arropa. En cuento ya está, ella abre los ojos.
-Uri...
Él la mira.
-Te he despertado. Lo siento.
Ella se incorpora.
-¿Qué haces aquí?
-Dani me ha contado lo de Anna, y he decidido venir aquí para ver como estabas, sus padres me han dicho que te habías ido a dormir, les he visto cansados y me he quedado yo aquí a relevaros a todos para que descanséis
Ella lo mira.
-¿Qué hora es?
-Son las cinco y media de la madrugada.
-No se sabe nada. ¿Verdad?
Él niega con la cabeza.
-¿Y Dani?
-Sigue buscándola...
-Dios mío... ¿Pero donde se ha metido? -Se le saltan las lágrimas- ¿Donde está?
-Ven...
Uri la estrecha entre sus brazos y le acaricia el pelo.
-Tranquila, tranquila... ya verás cómo aparece... zzz tranquila.
Ella lo abraza todo lo más fuerte que puede.
-Venta, túmbate y a descansar.
La suelta despacio y la tumba sobre la cama.
-¿Te puedes quedar conmigo...? -Le pregunta.
-Claro.
Se quita los zapatos y los calcetines y se tumba a su lado, pero sin taparse.
Los dos se ponen de tal manera, que quedan mirándose el uno al otro.
-Deja de llorar... verás que en nada está de vuelta.
Le enjuga las lágrimas.
-Eso espero...
Lo mira. ¿Será el momento de contarle lo del embarazo? Se lo tiene que contar tarde o temprano. No puede dejarlo pasar más tiempo.
-Uri...
-Dime.
No tiene el valor de contárselo, no sabe como contárselo, es algo demasiado importante y delicado.
-¿Qué pasa?
-Es que...
Él la mira esperando.
-Ay algo que te tengo que contar, pero que no me atrevo....
Él parpadea.
-¿Y qué es? ¿Es malo?
-Pues... no lo sé...
-Pues cuéntamelo y lo averiguamos.
-Es que... yo... eh... -No se atreve.
Uri la mira pacientemente.
Ella se queda callada, no sabe cómo decírselo.
-Es que... -Empieza a sudar, se pone nerviosa.
Uri la miraba, se da la vuelta, coge el móvil y le enseña una foto de un test de embarazo que da positivo.
Ella abre mucho los ojos. Ahora sí que se ha quedado sin habla.
-Te lo dejaste en mi casa una vez...
Ella sigue mirándolo sin saber qué decir.
-Es mío. ¿Verdad?
Ella asiente.
-¡ANNA!
Dani mira para todos lados, no la ve por ninguna parte. Abre la puerta del coche y sube. Mira la hora en su reloj las 5:47 está desesperado. Se tapa la cara con ambas manos y se le saltan las lágrimas.
-¡JODER! ¡JODER! ¡JODER! ¡JODER! -Golpea el volante.
Se apoya en el asiento y hecha la cabeza hacia atrás. Ya no sabe por donde más buscar, no tiene ni idea de donde puede estar. La culpa le seca la piel mojada por la lluvia, que no ha cesado en horas que él lleva buscándola. Se siente culpable, él había traído a sus padres para darle una buena sorpresa y resultó que la sorpresa ha acabado en su desaparición. De repente, así sin previo aviso, una idea le ronda por la cabeza. ¿Y si está en su casa? A lo mejor, se sentía tan sola y desconsolada, que ha ido en busca de él y lo está esperando. Esa idea enciende una chispa de esperanza en él, que se abrocha el cinturón y arranca en dirección a su casa. Las calles están vacías y empapadas, las farolas parecen ir a contra corriente de donde va él, los parabrisas limpian y despejan la luna del coche. Dani está cada vez más esperanzado de encontrarla allí, espera encontrarla allí. Ella tiene llaves del apartamento, y como Karol se ha ido a pasar unos días a casa de su hermana, pues nadie le ha avistado, tal vez haya perdido horas y litros de gasolina buscando por donde no debía, quizás...
Aparca el coche en la acera de enfrente del portal de su casa, que da a un parque infantil. Sale del coche y va corriendo al portal, saca las llaves y abre, sube corriendo las escaleras hasta llegar al sexto piso, que es donde se encuentra su apartamento, abre la puerta y se lo encuentra tal cual lo dejó antes de salir. Busca por las habitaciones a Anna, pero ya tenía claro que ella no había estado allí. La desilusión cae sobre él como un jarro de agua fría. Ya sí que no sabe donde buscarla, tal vez haya cogido un billete de bus y se haya ido a casa de alguna amiga que no conozca nadie... eso es casi imposible, pero si se ha dejado el bolso en casa, no llevaba dinero encima. Se sienta en el suelo, apoya la cabeza en la pared y se queda mirando al piano de cola blanco que hay en el salón. A Anna le encanta ese piano, ella no sabe tocarlo, dice que nunca ha ido al conservatorio, pero ella se sienta en el la banqueta y se pone a acariciar las teclas maravillada por el sonido que producen. Esas imágenes le invaden a Dani la cabeza. Se levanta, coge las llaves del plato de la entrada y sale caminando lentamente del apartamento. Bajas las escaleras y sale del patio, mira al frente, la farola ilumina los columpios, en los columpios hay alguien que no se está balanceando. ¿Y si es ella? Cruza la calle y se dirige hacia esa persona que está sentada de espaldas a él. Se para a escasos metros de donde está.
-¿Anna? ¿Eres tú?
Dani baja del coche en un parque, va a entrar dentro para ver si se había metido por allí. Empieza a hacer frío, las nubes van cubriendo el cielo de la noche y amenazan con dejar caer una buena lluvia, empieza a soplar el viento y se empiezan a escuchar las primeras lejanas tormentas, que no tardarán mucho en llegar a la ciudad.
-¡ANNA!
Empieza a buscarla entre caminos y bancos, árboles y fuentes secas, el parque, estaba vacío.
-¡ANNA!
Sus gritos, cada vez son menos potentes, cada vez reflejan un tono más triste, desesperado.
-¡ANNA!
La lluvia amenaza con empapar la cuidad, las lágrimas amenazan con empapar el alma de un hombre preocupado y desesperado, por encontrar a la mujer, que lo dejó enamorado.
-¡ANNA!
Y como ya no es de sorprender, nadie responde a ese nombre.
No se sabe el tiempo que ha pasado, la de vueltas que ha dado a pie por el parque buscándola y no ha habido suerte. No la ha encontrado. Vuelve al coche, sube y se quita las gotas de agua que le han caído del chispeo que empezaba a apretar, no va a tardar en empezar a caer una buena. Arranca y va a nadie sabe donde a buscarla. Cada minuto que pasa, la desesperanza, se va apoderando de él. No. No va a dejar de buscarla, tiene que encontrarla, tarde lo que tarde, tiene que encontrarla.
-Por favor Anna. ¿Donde estás?
Daniela, está sentada en el sofá, mira el móvil atenta, no ha recibido ni una sola llamada ni mensaje, con novedades de Anna. Los párpados, se le van cerrando, el cansancio, cada vez se va apoderando más de ella.
-Vete a dormir Daniela, nosotros nos quedaremos aquí esperando noticias. -Dice el padre de Anna.
Ella abre los ojos de golpe, lo mira, está agotada.
-No hace falta, estoy bien.
-Anda, ve a la cama, intenta descansar, te avisaremos con cualquier cosa, anda ve a dormir.
-Estoy bien, se lo aseguro.
-Hazle caso, vete a dormir, aquí te dormirás y lo único que conseguirás es que te duela el cuello. Vete a la cama. -Le aconseja la madre de Anna.
-Bueno... -Se levanta- Está bien, por favor, por lo mínimo, avísenme.
-Descuida, lo haremos.
Se va a su cuarto, directamente se tumba en la cama,. Está tan cansada, que no es capaz ni de destapar el edredón. Apaga la lamparilla y escucha el sonido del silencio, que es interrumpido por la lluvia que ya empieza a saludar. Se pone de lado, cierra los ojos, la tormenta azota el alrededor. Pensar donde puede estar su amiga, sola ahí fuera, con el frío que debe de estar haciendo... y lo que es peor: pensar en cómo se debe estar sintiendo por la charla con sus padres...
Abre los ojos, se levanta de la cama y se asoma a la ventana, observa la lluvia caer sobre la hierva del jardín, sus ojos se empañan y gotas de lágrimas resbalan libremente por sus mejillas enrojecidas. Se toca el viente con las dos manos, dentro crece una vida, dentro está creciendo su hijo y el hijo del hombre de el que ha estado enamorada, desde que lo conoció.
-Por favor Anna, te necesito... -Susurra- Vuelve...
Camina hacia atrás hasta chocar con el colchón y se deja caer sobre el y se queda tumbada boca arriba con als manos en el vientre y la cabeza a un lado.
-Daniela... Daniela, ey...
Uri está en el dormitorio de Daniela. Ella duerme tal cual ha caído sobre la cama. Él la coge cuidadosamente en brazos, destapa la cama, la tumba y la arropa. En cuento ya está, ella abre los ojos.
-Uri...
Él la mira.
-Te he despertado. Lo siento.
Ella se incorpora.
-¿Qué haces aquí?
-Dani me ha contado lo de Anna, y he decidido venir aquí para ver como estabas, sus padres me han dicho que te habías ido a dormir, les he visto cansados y me he quedado yo aquí a relevaros a todos para que descanséis
Ella lo mira.
-¿Qué hora es?
-Son las cinco y media de la madrugada.
-No se sabe nada. ¿Verdad?
Él niega con la cabeza.
-¿Y Dani?
-Sigue buscándola...
-Dios mío... ¿Pero donde se ha metido? -Se le saltan las lágrimas- ¿Donde está?
-Ven...
Uri la estrecha entre sus brazos y le acaricia el pelo.
-Tranquila, tranquila... ya verás cómo aparece... zzz tranquila.
Ella lo abraza todo lo más fuerte que puede.
-Venta, túmbate y a descansar.
La suelta despacio y la tumba sobre la cama.
-¿Te puedes quedar conmigo...? -Le pregunta.
-Claro.
Se quita los zapatos y los calcetines y se tumba a su lado, pero sin taparse.
Los dos se ponen de tal manera, que quedan mirándose el uno al otro.
-Deja de llorar... verás que en nada está de vuelta.
Le enjuga las lágrimas.
-Eso espero...
Lo mira. ¿Será el momento de contarle lo del embarazo? Se lo tiene que contar tarde o temprano. No puede dejarlo pasar más tiempo.
-Uri...
-Dime.
No tiene el valor de contárselo, no sabe como contárselo, es algo demasiado importante y delicado.
-¿Qué pasa?
-Es que...
Él la mira esperando.
-Ay algo que te tengo que contar, pero que no me atrevo....
Él parpadea.
-¿Y qué es? ¿Es malo?
-Pues... no lo sé...
-Pues cuéntamelo y lo averiguamos.
-Es que... yo... eh... -No se atreve.
Uri la mira pacientemente.
Ella se queda callada, no sabe cómo decírselo.
-Es que... -Empieza a sudar, se pone nerviosa.
Uri la miraba, se da la vuelta, coge el móvil y le enseña una foto de un test de embarazo que da positivo.
Ella abre mucho los ojos. Ahora sí que se ha quedado sin habla.
-Te lo dejaste en mi casa una vez...
Ella sigue mirándolo sin saber qué decir.
-Es mío. ¿Verdad?
Ella asiente.
-¡ANNA!
Dani mira para todos lados, no la ve por ninguna parte. Abre la puerta del coche y sube. Mira la hora en su reloj las 5:47 está desesperado. Se tapa la cara con ambas manos y se le saltan las lágrimas.
-¡JODER! ¡JODER! ¡JODER! ¡JODER! -Golpea el volante.
Se apoya en el asiento y hecha la cabeza hacia atrás. Ya no sabe por donde más buscar, no tiene ni idea de donde puede estar. La culpa le seca la piel mojada por la lluvia, que no ha cesado en horas que él lleva buscándola. Se siente culpable, él había traído a sus padres para darle una buena sorpresa y resultó que la sorpresa ha acabado en su desaparición. De repente, así sin previo aviso, una idea le ronda por la cabeza. ¿Y si está en su casa? A lo mejor, se sentía tan sola y desconsolada, que ha ido en busca de él y lo está esperando. Esa idea enciende una chispa de esperanza en él, que se abrocha el cinturón y arranca en dirección a su casa. Las calles están vacías y empapadas, las farolas parecen ir a contra corriente de donde va él, los parabrisas limpian y despejan la luna del coche. Dani está cada vez más esperanzado de encontrarla allí, espera encontrarla allí. Ella tiene llaves del apartamento, y como Karol se ha ido a pasar unos días a casa de su hermana, pues nadie le ha avistado, tal vez haya perdido horas y litros de gasolina buscando por donde no debía, quizás...
Aparca el coche en la acera de enfrente del portal de su casa, que da a un parque infantil. Sale del coche y va corriendo al portal, saca las llaves y abre, sube corriendo las escaleras hasta llegar al sexto piso, que es donde se encuentra su apartamento, abre la puerta y se lo encuentra tal cual lo dejó antes de salir. Busca por las habitaciones a Anna, pero ya tenía claro que ella no había estado allí. La desilusión cae sobre él como un jarro de agua fría. Ya sí que no sabe donde buscarla, tal vez haya cogido un billete de bus y se haya ido a casa de alguna amiga que no conozca nadie... eso es casi imposible, pero si se ha dejado el bolso en casa, no llevaba dinero encima. Se sienta en el suelo, apoya la cabeza en la pared y se queda mirando al piano de cola blanco que hay en el salón. A Anna le encanta ese piano, ella no sabe tocarlo, dice que nunca ha ido al conservatorio, pero ella se sienta en el la banqueta y se pone a acariciar las teclas maravillada por el sonido que producen. Esas imágenes le invaden a Dani la cabeza. Se levanta, coge las llaves del plato de la entrada y sale caminando lentamente del apartamento. Bajas las escaleras y sale del patio, mira al frente, la farola ilumina los columpios, en los columpios hay alguien que no se está balanceando. ¿Y si es ella? Cruza la calle y se dirige hacia esa persona que está sentada de espaldas a él. Se para a escasos metros de donde está.
-¿Anna? ¿Eres tú?
Por favor que sea Anna!!!!!!!!!! Dios que tensión durante todo el capitulo!!!!
ResponderEliminarSiguiente bonica <3
POR DIOS QUE SEA ANNA!! CAPITULAZO!! NEXT!!
ResponderEliminarSiguienteee por dios q desperacion
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