miércoles, 15 de mayo de 2013

Capítulo 2 Danna.

Muevo la cabeza, y veo a una chica bastante más joven que yo, que me mira risueña desde la puerta.
-¿Quien eres?
-¿Cómo te encuentras?
-Bien. ¿Qué hago aquí? ¿Qué me ha pasado?
-Mmm... es una larga historia. ¿Tienes hambre?
-Eh... no... esto... ¿Eres médico o algo?
-No.
Me estoy empezando a cansar de este jueguecito. ¿Quien diablos es esa chica tan exasperante? La miro más detenidamente y me doy cuenta de que no tiene que tener más de los 16 años. Es muy joven y esbelta. Tiene un pelo largo, rubio, recogido en un gracioso moño y unos ojazos azules que brillan casi con luz propia.
-Te has dado un buen golpe. -Dice acercándose a mí. Toma asiento y se pone a juguetear con la manga de su chaqueta vaquera.
-¿Golpe?
-Sí, golpe. Veo que no estás muy informada de tu situación. ¿Verdad?
-Llevo preguntando media hora el motivo de el que yo esté aquí. Por algo será digo yo. ¿No?
La chica me mira sorprendida y de pronto su rostro se vuelve divertido y juguetón.
-Tranquila, tampoco es para ponerse de ese modo. Eres borde.
Esta niñata me está tocando mucho lo que son las narices.
-¿Tú no deberías estar con tus padres?
Ella se queda quieta un instante y agacha la cabeza. Yo la miro inquieta. ¿He dicho algo malo?
-¿Qué? ¿Ocurre algo?
Ella levanta la cabeza y sus ojos reflejan tristeza y soledad.
-Mis padres murieron hace mucho...
Me sorprendo y no sé porque razón me embarga la tristeza y el dolor a mí también. ¿Por qué? Si ni siquiera sé como se llama.
-Lo siento.
-No importa. ¿Cómo te encuentras?
-Pues... todo lo bien que se puede encontrar una chica de 23 años, recién despierta en la habitación de un hospital, que no sabe lo que le ha pasado y con una adolescente que la trata como si la conociera de toda la vida. ¿Quien eres? Dime cómo te llamas.
-Me llamo Danna.
-¿Y de donde narices sales tú Danna?
-Soy tu ángel de la guarda, tu guía en el camino de la vida, tu protectora y tu ayudante.
Me da un ataque de risa.
-¡Ya claro! ¡Y qué más!
Danna me mira muy fríamente, tanto que me da miedo moverme incluso.
-Perdón... -Me disculpo frente a una niñata que se está quedando conmigo. Más bajo no he podido caer.
Ella sigue mirándome gélidamente.
-Escúchame atentamente Anna, esto es más serio de lo que tú te crees.
La miro sin comprender nada. Ella continua con su advertencia.
-Has perdido demasiado tiempo a lo largo de tu vida, que no te has dado cuenta de lo que pasa a tu alrededor.
-Ese es mi problema. ¿Lo sabes? ¿Verdad? Lo sabes...
-Claro que lo sé. Pero, no querrás seguir cómo hasta ahora y de repente, tener 65 años y darte cuenta de que no has tenido vida. Que todo ha sido una sucesión de días iguales y rutinarios que han ido consumiéndote poco a poco las ganas de ser un alma libre.
-Al grano please.
-¡QUE LA VIDA TE ESTÁ DANDO UNA PUTA SEGUNDA OPORTUNIDAD, PARA QUE PUEDAS SER TÚ MISMA Y NO UNA AMARGADA DE MIERDA!
Y el silencio entra por la puerta y se acomoda entre nosotras tomándose un capuchino con nata montada. Danna retoma la palabra con un tonito peligrosamente dulce en su voz.
-¿Te ha quedado claro?
Asiento inmediata, pero lentamente. Realmente esta chica me asusta. ¡Tengo miedo joder!
-Bien... y ahora arreando que es gerundio.
-¿Qué?
La cama se empieza a abrir, dejando un hueco enorme justo encima donde estoy tumbada y la gravedad ejecuta su ley haciéndome caer al vacío. Grito.
-¡AAAAH!
Veo a Danna sonreír, mientras su imagen se desvanece entre una niebla de colores y yo sigo cayendo al vacío. Y ahora, es cuando entiendo que esto es un sueño del cual voy a despertar ahora.

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